Este 15
de octubre los panameños pudimos soñar en llegar a obtener un puesto en el
Mundial de Futbol, Brasil 2014. La realidad nos lo impidió, y en los escasos
minutos de reposición, caímos ante uno de los grandes del futbol americano, los
Estados Unidos.
Recuerdo cuando era estudiante,
nuestros sentimientos de apoyo en los mundiales de futbol eran dirigidos hacia
las escuadras brasileñas, argentinas, o en último momento los colombianos,
entre otros, pues luego de que estos equipos quedaran eliminados, nuestra
simpatía se dirigía hacia los equipos europeos, así hasta el final de la
contienda, la idea era disfrutar de estos juegos sin pensar por un momento que
Panamá pudiera aspirar por un minuto a estar en una cita de esta envergadura.
Cuántos no hacíamos lo imposible por conseguir el suéter de la selección de su
preferencia.
Fueron tiempos de grandes cambios, y
de personalidades como Pelé, Garincha, Maradona, Platini, entre un mundo de
nombres que colmaban cada cuatro años los escenarios de los mundiales de
futbol. También las fiestas realizadas. Recuerdo una en particular. Nos
organizamos en una gran comelona de mondongo, a la “culona”, un plato muy
degustado en Panamá. La idea era disfrutar, luego del triunfo de Brasil, de tan
suculento menú, acompañado de bebidas, claro está. Pero esa noche, Brasil fue
eliminado. Todos nos retiramos frustrados. Ahí quedó la hoya de mondongo,
entera, nadie quiso continuar y nos fuimos a nuestras respectivas casas.
Así pasó nuestra juventud
futbolística sin mayores cambios. Sin embargo hoy, debemos agradecer a toda
nuestra selección por los momentos vividos en esta contienda hacia el Mundial
de Brasil 2014. Sí. Fueron momentos de gran impacto, de emociones nunca
vividas, de esperanza, de ver que nuestros muchachos podían enfrentarse con
equipos con mucha tradición en este juego, enfrentarnos a los grandes en la
cancha de tu a tu, de exponer nuestra estrategias ante los poderosos del patio.
Debo decirles que esto no es fácil,
por el contrario, solo tenemos que ver todo el movimiento previo que hicieron
los mexicanos ante el penúltimo partido para poder ganarnos, movieron a su
entrenador, reforzaron sus filas, cambiaron estrategias…incluso llegaron a
utilizar a los medios mediante un constante ataque propagandístico para ablandar
a nuestros muchachos. Es el deporte de las grandes mayorías, y en él se
invierten miles de miles de millones de dólares.
¡Sí! Nuestra felicitaciones a todos
los que conforman a la selección, a Matador, a Penedo, Luis Henríquez – Lech Poznan (POL), Carlos Rodríguez - Chepo
FC (PAN), Jean Carlos Cedeño – Alianza FC (PAN), Felipe Baloy – Santos
(MEX), Harold Cummings – Deportivo Árabe
Unido (PAN), Leonel Parris –
Tauro FC (PAN), Román Torres –
Millonarios (COL), Volantes, Rolando Escobar – Deportivo
Anzoátegui SC (VEN), Amílcar Henríquez – Deportivo Independiente Medellín (COL), Aníbal Godoy – Chepo FC (PAN), Gabriel Gómez – Junior de
Barranquilla (COL), Juan de Dios Pérez – Tauro FC (PAN), Armando Cooper – Godoy
Cruz (ARG), Yairo Glaize Yau – Sydney FC (AUS), Marcos Sánchez – Tauro FC
(PAN), Delanteros, Rolando Blackburn – FK Senica
(SVK), Luis Rentería - Tauro
FC (PAN), Blas Pérez – FC Dallas (USA), Alcibiades Rojas – Atlético
Chiriquí (PAN), si se me queda alguno, mis disculpas.
Ya
habrá mucho tiempo para analizar los errores cometidos, las indecisiones en la
cancha, o la soberbia de algunos antes de los partidos, y sobre todo las
directrices de los Dely Valdez quienes se atribuyen todo el descalabro de la
selección, aunque considero que hay culpa de parte y parte tanto de los
jugadores como de los técnicos. Pero todo esto, puesto en una balanza, junto a
la quimera de poder llegar al Mundial de Brasil 2014, no tiene peso. Por el
contrario nos ofrecieron una contienda de altura, de posibilidades, y de mucha
garra en un deporte que exige mucho a sus jugadores.
Solo
nos queda exigir que se siga apoyando a la juventud en materia deportiva, que
se habiliten más canchas de juegos, que se venda el deporte como una forma de
poder lograr metas irrealizables, que el fut logre llegar a estadios de
excelencia donde la fama y el dinero aguardan a los mejores. Esto es un paso,
grande por cierto, solo nos toca hacerlo mucho más firme para bien de los
deportistas del futuro, y cuidado, no llegamos a esta justa en Brasil, pero
podemos prepararnos para la próxima. Y, el mondongo, pues, luego de la
frustración, al día siguiente, continuamos nuestras tertulias, con nuestros respectivos
platos y bebidas, pensando en los equipos que quedaban.