jueves, 15 de mayo de 2014

COMICIOS DEL 2014: La propaganda electoral panameña

                 
Candidatos a Presidente en Panamá 2014
Luego de pasar la contienda electoral en Panamá es apropiado analizar el hecho sin emociones de ninguna clase pues contra todo pronóstico salió triunfante una de las nóminas que según las encuestas, y muchos analistas políticos no tenían sanche de salir triunfadora. Fue una señal inequívoca de que el electorado panameño seguía de cerca cada movimiento que los candidatos daban en el torneo electoral que recién acaba de culminar, un resultado sorpresa para muchos.
                En esta contienda electoral del 2014 en Panamá lejos de ser como las que hemos vividos, se convirtió en un hecho sin precedente dada la magnitud que el gasto en recursos propagandísticos generó. Todo por el apetito voraz de los cleptócratas que nos gobiernan representativa de un sector de la sociedad con mucho poder económico para continuar lucrando con el erario público y así continuar acrecentando aun más sus enormes riquezas.
                Desde nuestro punto de vista,  en ningún momento estuvo en juego el actual sistema económico imperante en nuestro país. Tres de las nóminas con mucha simpatía en el electorado representan a sectores económicos poderosos. Otros, los de menor apego popular era solo resortes de un sistema que les permitía participar pero con la escasa posibilidad de que su discurso fuera escuchado por todo el espectro del electorado. Unos con sana intención de hacer oír sus críticas como el Dr. Juan Jované o los aglutinados bajo la bandera del FAD, (hoy están evaluando cómo ni su propia membrecía los apoyó, especialmente los afiliados al SUNTRACS), otros participando como parte de una trama del partido en el poder que buscaba restarle votos a la oposición, caso del Chiricano o del transportista, metidos a candidatos a presidente. Panamá no está aún preparado para recibir con buenos ojos las propuesta de una sociedad socialista, quizás porque inmersa en el sentimiento popular aun resuenan los momentos vividos en dictadura, experiencia que no desean revivir con un régimen de este tipo.
                Veamos, la nómina del CD tenía detrás a un sector económico poderoso que vieron en la continuidad en el poder la fórmula para acrecentar sus riquezas. El slogan “entran pobres y salen ricos” que dijeron combatir al llegar al gobierno se convirtió en una gula por ver quién hacia el proyecto más oneroso, llevándose una parte del pastel. Así muchos de sus actuales funcionarios no solo entraron ricos, sino que van a salir mucho más rico. Es un sector dedicado a la importación y al sector servicio, son empresarios que han dedicado casi todo estos años a crear infraestructura necesaria para poder agilizar los productos de consumo que se fabrican en el país y en el exterior.
                Este grupo no escatimó en gasto en propaganda electoral. Usaron todas las armas disuasivas conocidas. Armaron equipos propagandísticos que hacían las tareas más sucias, la de empañar la vida de los contendientes. Se armaron y contrataron call centers con el objetivo de atacar toda opinión contraria a sus designios, las famosas redes sociales fueron copadas, cada twi era ripostado, en la mayoría de los casos con palabras y argumentos fuera de tono. A la par de esto, se utilizaba recursos del estado en publicidad de las obras realizadas por el gobierno, copando las horas estelares de los principales programas de tv, radio y en los medios escritos. Mientras, el candidato se paseaba por el país como si no fuera parte de toda esta tramoya, sin responder las constantes denuncias de corrupción, uso de recursos del estado en su campaña y otra serie de anomalías que se tarjetearon durante el proceso electoral. Se prefirió la receta externa contratando a “expertos” en hacer campañas políticas con cierto grado de éxito en diversos países pero se equivocaron en no comprender realmente el sentir del electorado, la idiosincrasia del panameño. “Los contrincantes de Varela, provistos de mayores recursos, contrataron a los consultores más codiciados en la región: Joao Santana y J.J. Rendón. Santana, ex periodista, es el más famoso de una generación de consultores brasileños que han organizado campañas políticas en América Latina” (La Estrella de Panamá on line 5/15/2014).
Una de las boletas que definen al ganador
                El asunto era atacar a los contendientes desde varios frentes a la vez, a través de los medios afines a ellos, o comprados por estos empresarios, verbigracia, Panamá América, o Crítica. A la par de inaugurar obras hechas por el gobierno saliente, se distribuía todo tipo de enseres, comida, u apoyo (todo pagado con recursos del estado), se hacían publicidad de ellas de manera masiva, se hicieron campañas a través de los medios sociales, y propaganda sucia.
                Todo este andamiaje debió costar un buen billete, hablamos de varios millones de dólares e incluso de un gran aparato de recursos humanos dedicados exclusivamente a este asunto. Un estudio salido en medio de la contienda estimó que se pautaban anuncios en medios televisivos por el orden de los 240 spot al día, y aún así se lamentaban de que no tenían espacios suficientes para “publicitar” sus obras. Todo esto contrario a los cientos de spot publicitarios pautados por los dos principales contendientes de la oposición. Sumando todo este agitación propagandística, llegó un momento que el electorado las rechazaba, se astearon de ellas.
                El PRD no se quedó atrás al contratar otro extranjero “experto” en campaña política. Las constantes luchas intestinas, la existencia de bandos que al no obtener el concurso de las mayorías optan por aliarse con el lado contrario, la indisciplina partidaria, los golpes bajos, las zancadillas, una publicidad de “no agresión”, de “paños tibios”, un discurso vació, sin sustento frente a la situación que vivía el panameño: violencia, inseguridad, alto costo de la vida, falta de los principales servicios, como el agua, fueron solo algunos de los problemas que no se atacaron con vehemencia, o si lo hicieron no supieron vender su producto, pues el PRD está quedando ante las masas populares como un partido sin credibilidad.  
                Esto sucede por los errores cometidos a través de estos años por una dirigencia que tuvo la oportunidad, en dos periodos, de acometer obras en beneficio de la población panameña. Por el contrario, muchos de sus dirigentes, al llegar al poder se olvidaron de sus más allegados simpatizantes, comenzaron a lucrar, y sobre todo se olvidaron de sus raíces torrijistas, de las directrices dejadas escritas por el General Torrijos para acometer en el futuro. Realmente Navarro no era un producto viable de vender, desde su paso por Ancón, donde se tiene entendido existen algunos rumores de una gestión con problemas de transparencia en el manejo de los bienes que estos tenían a su disposición hasta la llegada a la Alcaldía donde su hoja de vida, al parecer no registraba las acciones por él emprendida.
                El sector detrás del candidato del PRD realmente se le señaló como un aliado más de aquellos grupos económicos poderosos que impulsaban la candidatura del CD. Y es que viéndolo desde este punto de vista el grupo liderado por el actual secretario general del PRD, representa a los mismos sectores económicos que lograron llevar al presidente actual al Palacio de las Garzas. Estas situaciones no dieron el suficiente empuje para que la población electoral, incluyendo a los propios, acariciaran esta candidatura, y la acogieran como propias.
                Y el último candidato, a pesar de todas las críticas que han hecho a la propaganda de los panameñistas, nadando contra corriente, según los colocaban las empresas encuestadoras, y galopando en contra de una campaña sucia desde su inicio, estos supieron llegar al electorado vendiendo mejor la candidatura de Varela. No se gastaron los recursos que el partido en el poder hizo en campaña, pero su candidato en conjunto logró granjearse la simpatía del electorado.
                Desde el inicio de la campaña (una de las más largas de nuestra historia y una de las más sucias), casi en la recta final, el CD conceptuó que el candidato a batir era el que abanderaba el panameñismo. Por ello inventaron candidatura como la del chiricano, que pasó a atacarlo, según le indicaba su gestor. Intentaron dividir al partido mediante la salida de un hijo de Arnulfo (tengo entendido que Arnulfo no tuvo hijo), y lograron sumar a la expresidenta, y una exprimera dama panameñista como simpatizante para hacer proselitismo a favor de la candidatura contraria. Eso definitivamente no fue del agrado de los mismos panameñistas.
                En fin, las propagandas y campañas sucias no surtieron el efecto esperado por sus mentores en el electorado. Al contrario lo que lograron fue el rechazo de la población a este tipo de campaña. Logró el efecto contrario, y el electorado se volcó a apoyar al que iba en tercer lugar, según las encuestas. Pero realmente esa simpatía se sentía en el ambiente, a pesar de las cantidades de publicidad en los postes y árboles de nuestro país, y avenidas, estas no votan. Los que votan habían que convencerlo, y eso no lo consiguieron.
                Varela representa a un sector económico también poderoso, principalmente el sector agroindustrial, que en el último quinquenio ha sido relegado, e incluso muchos de ellos han tenido que tirar la toalla debido a las contaste entradas de productos manufacturados que permitían la clase importadora en el poder, y a los cuales no podían hacerle competencia. Y este sector golpeado también espera un respiro en esta nueva administración.
                Las cifras son contundentes, Juan Carlos Varela obtuvo, 563,093 votantes como Partido Panameñista, y 161,061 por parte del Partido Popular, ambos dieron un total de 724,054 votos a su favor. Mientras que José Domingo Arias, obtuvo 482,992 de parte del CD, 94,687 por parte del Molirena para un total de 577,679 votos, y Juan Carlos Navarro, obtuvo 521,413 por el PRD. Más del 72% del electorado salió a apoyar a su candidato, una de las más concurridas de la historia, o sea 1,879,412 votantes de casi más de dos millones de electores.
                Sin embargo, las prebendas, la compra de conciencia si dieron resultado en el ámbito de la Asamblea Legislativa, pues a pesar de que un porcentaje significativo de diputados que aspiraban a la reelección (entre ellos los llamados tránsfugas), no lo lograron, otros sí, e incluso fue determinante para que el CD sea una fuerza a consultar y respetar en el hemiciclo legislativo. Aquí aun está por verse la capacidad de los gobernantes elegidos para crear alianzas con el fin de impulsar las promesas y las leyes necesarias para gobernar.
                Lo cierto es que estas elecciones dejaron una lección, y si se logra cambiar mediante la nueva constitución, no será igual a esta, pero si no, nos veremos en el próximo torneo electoral con una realidad, el costo de la campaña. Será enorme, al extremo que solamente una clase social podrá tener el recurso para competir, y volveremos a ver a grupos poderosos invirtiendo en estos nuevos comicios para obtener, luego de ganar, los millonarios contratos que el Estado prevé.