viernes, 14 de abril de 2017

El bullying llega a la Casa Blanca.


       A pesar de muchos, los Estados Unidos es el país que dicta pautas a seguir por el resto del mundo. Esto se puede deber a su fuerte economía, poder militar, o a su sistema democrático que ha sabido superar altas y bajas a lo largo de más de doscientos años de existencia, sin embargo, en el mundo moderno de hoy otras naciones se disputan seriamente ese puesto, especialmente cuando de ejércitos hablamos.

En estos tiempos ha llegado un personaje distinto a la Casa Blanca cuya imagen nos rememora al bullying escolar, que no es más que aquel personaje que todo lo ve desde su perspectiva superior, se considera una hechura de dones y el resto de los mortales les parecer ser puesto delante de él para sus burlas, o sus pendencias, es un acosador innato. No acepta que se le contradiga, es el que dicta las pauta a seguir por los demás, pero también es el que cae mal ante todos por su arrogancia, irrespeto e intolerancia a los que son diferentes a él. 
            Por ello es importante entender a qué responde este personaje, y por lo tanto cómo gobernará a la primera potencia del mundo lo que traerá positivas o negativas consecuencias para los países como el nuestro. Aún es muy temprano para ver los resultados de la actual política que tendrá la era Trump en el mundo, pero lo cierto es que sus primeras acciones han sido contra la comunidad de emigrantes, pero últimamente ha enfocado su ataque en cierta región donde los intereses norteamericanos están siendo puesto en peligro dado a que es una zona de alto conflicto bélico por los recursos naturales que posee. Ya hay alzas en materia de los derivados del petróleo producto de los últimos golpes dado por la armada norteamericana en el mundo. 
         Lo que realmente estamos viendo es la puesta en marcha de un plan guerrerista de incalculables proporciones pues el actual presupuesto de esta nación para el año 2017 contempla el aumento de más del 30 por ciento en los gastos militares. ¿Es esto necesario? ¿Realmente los Estados Unidos están en peligro eminente? ¿Se prepara Trump para otra guerra en que se verá envuelto los norteamericanos? Podemos hacer una primera interpretación de este hecho, Trump responde entonces al sector más beligerante de la sociedad norteamericana, al círculo de poder bélico hoy beneficiado con el astronómico presupuesto dedicado para ellos, aunque en campaña parecía rechazar la política llevada a cabo por su antecesor en este renglón.
     El actual presupuesto recorta considerablemente los apoyos a sectores como educación, a las políticas de contención del llamado cambio climático, a las ciencias y las investigaciones, a la salud, entre otros no menos importantes segmentos que eran considerados dentro del presupuesto de esta nación. Esto en primera instancia hará que los ciudadanos con menos recursos no puedan tener acceso a estos beneficios o derechos lo que imposibilita que cumpla con una de sus promesas de campaña, mayor beneficio para los norteamericanos. La industria de guerra promueve empleos, pero no a largo plazo, al menos que esté contemplando guerras indefinidas en ciertas partes del orbe como ocurre en la actualidad lo que significa gastos exorbitantes y desgaste económico difícil de sostener, provocando a lo largo la ruina del país.
            Pero lo importante aquí es el cometido de subyace con esta medida dado a que todos sabemos que desde hace décadas, luego de culminada la segunda guerra mundial el mundo, o los principales países del orbe o las economías más poderosas y estables venían allanando el camino para lograr borrar las fronteras, especialmente en aquellos países donde la comunidad era afín a sus requerimientos y por ello surgieron múltiples organismos con esa determinación, por ejemplo, Comunidad Económica Europea que posteriormente pasó a ser la Unión Europea con su moneda única o la ONU. Así mismo se abrieron los mercados con el fin de que la producción mundial tuviera siempre una vía directa para su comercialización, poniendo a países dependientes económicamente medidas que en muchos casos atentaban contra la producción nacional.
            De lograr su cometido, el presidente Trump, retrotraerá todo lo andado hasta el momento. Esto será producente pues obligaría a nuestros dirigentes a ver con seriedad el país interno, las políticas ensayadas para acrecentar las riquezas y el bienestar de la población, serían obligados a ver la problemática nacional desde otra óptica, en el caso del agro, por ejemplo, donde ha prevalecido la importación frente a la producción, haciéndonos más dependientes de ellos, y debilitando grandemente nuestra propia capacidad de producir nuestros alimentos. Este sería un paso importante, pues los Estados Unidos estarían con esta medida torpedeando grandemente lo que se conoce como globalización de los mercados y reinaugurando una nueva era proteccionista. ¿Un punto a su favor?
            Claro que esto hará que los productos tradicionales que nuestros países exporten a ese mercado norteamericano adquieran un mayor valor al ser arropados con las medidas proteccionistas de Trump al imponérseles nuevos aranceles que harían casi imposible exportar hacia los Estados Unidos. Esto traería la posibilidad de que otros países, con igual o mayor población de consumo, como la India o la China sean los que canalicen en gran medida aquellos productos que no podrá ingresar al mercado norteamericano.
            Desde hace tiempo los países menos favorecidos venían clamando por nuevas políticas económicas en el ámbito mundial pues la globalización, en síntesis, estaba fracasando, y no estaba rindiendo los beneficios o las expectativas creadas para mantener el sistema. Por ello comunidades importantes han definido su camino a seguir, caso Inglaterra con el brexit o los propios norteamericanos que eligieron a Trump. Pero ojo, hay que ver el bosque y no quedarse en el árbol que tenemos enfrente. Trump parece querer definir algunos asuntos internacionales con el poder de las armas, a la bravuconada. Y de ahí sus actuales pasos como el golpe dado a Siria poniendo entre la espada y la pared a los rusos que apoyan al actual presidente de ese país Bashar al Asad, o las respuestas a las provocaciones de los coreanos del norte sin importar lo que diga o decidan los chinos, aliados de estos últimos.           En fin, dos potencias mundiales, Rusia y China, que junto a Irán y Siria han planteado una detente ante las incursiones belicistas de Trump, pero éste parece querer liarse también contra Corea del norte, otra potencia atómica mundial, a lo que les ha tocado sentir el bullying del actual inquilino de la Casa Blanca. Un asunto muy serio y delicado para la paz del mundo pues el armamento concentrado en estas naciones es suficiente para poner en peligro la supervivencia de la raza humana. El escenario de una guerra de proporciones global sería devastador, donde no habrá vencidos ni vencedores. Esperamos que la sensatez y la cordura prime ante estas señales de confrontación. Ya lo expresó el Papa Francisco al decir que la comunidad internacional debe detener a los señores de la guerra.