miércoles, 6 de mayo de 2020

De Gogzilla al Corona Virus


¡Alerta, nos quieren eliminar!
               He estado dándole vuelta al asunto, pues no acostumbro escribir sobre concepciones conspiranoicas que suelen inundar las comunicaciones y redes sociales, pero viendo la película “Gozilla, rey de monstruo” 2019 me alcanzó una inquietud, que más que eso es una realidad que viene apareciendo en todos los medios de comunicación del mundo, léase prensa escrita, radial, televisiva, cine y medios alternos como las redes sociales. Y esto fue el año pasado, antes de que conociéramos la presencia del coronavirus y sus implicaciones para nuestra existencia.
               En el discurso reiterativo en casi todo los medios posibles, incluso el cine, se sigue martillando de que la población mundial está creciendo demasiado y que de seguir incrementándose creará problemas de abastecimiento de agua potable, alimentos, medicina, o medioambientales, con la consiguiente proliferación de enfermedades, algunas ya vencidas pero que han vuelto a reaparecer, y otras nuevas que ponen en jaque al sistema mundial de salud. Y este es el discurso detrás de esta y muchas otras producciones cinematográficas, así como se está apoderando del discurso de importantes figuras del poder mundial, como de organismos tan influyentes como la ONU.
               La población mundial actual está en 7,600 millones de habitantes, llegará a los 8,600 para el año 2030. Y se prevé que para el 2050 estará por el orden de los 9,800 millones, y en el 2100 llegará a los 11 mil millones según estimaciones de la ONU dado a conocer el 21 de junio del 2017.
               En la película reseñada una familia de científicos ha perdido unos de sus miembros producto de la debacle desatada por el monstruo Gozilla en un primer ataque. Esto lleva a pensar a la científica, madre del retoño muerto que la culpa es de la población mundial pues considera que haciendo desaparecer a más de la mitad de la población se podría lograr conseguir un equilibrio natural para que otra especie, en este caso, los monstruos lleguen a ser dueños de la Tierra, de tal forma que los pocos humanos que queden puedan volver a repoblar la misma, y la forma de lograr ese cometido es nada menos que creando un virus que acabe con gran parte de la humanidad.
               El discurso presentado muestra una intención latente, los monstruos serían aquellos que puedan tener todo el poder de destrucción para encaminarlo y lograr así, en forma brutal, eliminar la mayor cantidad de población en el mundo. Es un discurso que se reitera en casi todas las películas donde el orden establecido ha sido convulsionado por una hecatombe, y los sobrevivientes se dedican en medio del caos reinante a sobrevivir. Y me pregunto, porqué no se hacen películas donde el futuro no sea de guerra, asesinatos, o caos social. Se que este tipo de argumentos le gusta a las masas cinéfilas, pero no deja de tener un mensaje oculto cuando se estrenan las mismas de que hay que detener el crecimiento de la población mundial.
           
Los centros de poder económico, donde unos pocos se llevan, y amasan las riquezas mundiales tienen entre sus planes reducir la población, porque según ellos, esto es la causa principal del deterioro de la vida en el planeta, y al parecer este es el trasfondo del camino tomado por los organismos internacionales como la ONU que intentar despoblar el mundo actual. Una alta funcionaria de las Naciones Unidas, Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, declaró que una de las maneras más efectivas de luchar contra el cambio climático es reduciendo la población mundial. Y al parecer este es el criterio de muchos funcionarios de estos organismos internacionales; funcionarios que dicen representarnos y que pagamos todos los seres humanos en este planeta.
               Ya en el pasado se había hecho intentos de esto. Un ex funcionario del Pentágono Robert McNamara expresó hace varias décadas atrás que había que “tomar las medidas para la reducción demográfica del globo terráqueo, aun en contra de la voluntad de sus respectivas poblaciones. La reducción del índice de natalidad ha sido un fracaso. Por eso tenemos que aumentar la tasa de mortalidad por medios naturales, por el hambre y por la inoculación de todo tipo de enfermedades”. También era partidario de políticas como “Los gobiernos debe mejorar el acceso a los medios de control de la fecundidad tanto cualitativamente como cuantitativamente, es decir, deben proporcionar más y mejores servicios a un mayor número de personas. En la práctica esto exige: Proporcionar una amplia selección de anticonceptivos actuales: píldoras, preservativos y dispositivos intrauterinos, así como la esterilización y, donde la sociedad así lo desee, el aborto provocado…” Esto último si lo extrapolamos al presente muestra las huellas de la pandemia que sufre el mundo con el coronavirus.

               Otro camino fue tomado hace ya bastante rato, y sus frutos podemos presenciarlo hoy en día, y es el alimento que comemos todos, la misma está llena de hormonas artificiales (GMC). Por años hemos consumido las latas de conservas, por ejemplo, donde se utiliza un compuesto llamado xenoestrogenos y un cocktail hormonal. Su intención es feminizar al hombre, causando cambios físicos en el cuerpo como penes pequeños, baja estatura, baja masa muscular, rasgos femeninos, crecida de pechos, bajos niveles de testosterona, baja producción de espermas, y comportamiento homosexual a temprana edad. Esto busca la transhumanización del ser humano para el control de la población, para hacer seres híbridos, asexuados, y hacer bebes de probetas, para poder moldearlos. Los xenoestrogenos se le conoce como productos químicos descontroladores endocrinos (edcs), y hormonales, xenobióticos que son falsos estrógenos. “El hecho de que tu padre te haya dado biberón de plástico puede haberte convertido en un beta no por genética sino por causas químicas incluso. El uso de la Atrazina, uno de los herbicidas agrícolas más utilizados en el mundo, hace estragos en la vida sexual de las ranas. Cuando los machos de esta especie se expone a un 10% de éste químico, un 75% queda esterilizado químicamente, y un 10% se convierte en hembra, dice un estudio de la Universidad de Berkeley (California) publicado en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences”.
              
Unos 1300 millones de toneladas de comida producida para el consumo humano, o un tercio del total, termina en vertederos. Sin embargo, una de cada nueve personas en el mundo sufre de hambre, según datos de la Organización de las Naciones Unidas. ¿Puede la población mundial subsistir de haber un cambio en el consumo de los alimentos? Claro que sí. La educación otro eslabón en su nefasta intenciones viene aceptando nuevos parámetros  en los contenidos en donde se le está inculcando al estudiante pautas de conductas que riñen con lo establecido, como la homosexualidad, y la publicidad LGTB como arma para producir cambios se muestra virulenta y complacientes por parte de los principales gobiernos del mundo basados en una concepción de los derechos humanos, implementando medidas drásticas para los que atenten contra el discurso sobre el derecho a la igualdad, pero solo desde el punto de vista LGTB, pues los que se muestran en contra de esta concepción son hoy día agredidos y violentados sus derechos humanos, entre ellos el de disentir. 

              También buscan la liberación de las medidas coercitivas tendientes a despenalizar el aborto, luego de las fallas de campañas millonarias para usar el condón, o las pastillas contraconceptivos, por ejemplo. Aunado a esto se contempla el tratamiento gratuito a la población que desee cambiar de sexo, desmejorando la atención a otras dolencias que aquejan a la población. Por último el ataque cada vez más directo hacia las creencias, especialmente contra la religión cristiana, y al concepto esencial de la familia, piedra angular de toda moral que hoy intentan desmantelas con el fin de lograr sus oscuros propósitos de bajar las cifras de natalidad, y aumentar las de la mortalidad. El coronavirus es solo una de las armas usada para despoblar nuestro mundo. Se ha preguntado por qué este virus que aun no se sabe si es producto de una aberración creada en un laboratorio o es un virus natural solo ataca a la población cuyo nivel de defensa ante las enfermedades son muy bajas, entendiendo esto que ataca a la población senil, y todo aquellos que están en condiciones paupérrimas de salud, léase aquellos considerados pobres o en extrema pobreza. Y que dentro de su característica está la forma tan virulenta de mutar, pues a esta altura se ha presentado en casi todos los países del mundo, donde la temperatura, que en otro virus es un enemigo a su condición, no lo es para el coronavirus. El mundo ha sufrido muchas pandemias, de ellas se ha logrado salvar debido a que existe personas que dedican sus vidas para contrarrestarlas, pero aun no estamos a salvo, pues en el futuro, la población mundial deberá enfrentar muchos virus más, cada vez más letales. Esperamos que la consciencia del mundo científico logre llevar al traste estos planes genocidas contra la humanidad.