miércoles, 28 de agosto de 2013

El juguete didáctico y educativo

Elementos que favorecen el desarrollo integral del infante  

Al comprar un juguete, por cualquier razón, elijan los que tengan cualidades propias para estimular la creatividad del niño, que lo eduque y lo prepare para su vida futura, como los educativos o didácticos.
Los juguetes deben ser seguros, atractivos, higiénicos y duraderos. Deben poder manejarse en forma sencilla, de tamaños y formas apropiadas que inciten al niño o niña a la actividad social, intelectual o artística.
Hay que tener en cuenta el área dedicada al juego. La extensión del patio o del cuarto, determinará la naturaleza y dimensión de los juguetes. Hay que darle al niño el juguete preciso, el cual debe proporcionar el estímulo necesario en las diversas etapas de crecimiento. Ser exigente y elegir los que estimulan la actividad lúdica del niño/a.
En el mercado encontramos una enorme cantidad de juguetes de muy mala calidad y consistencia. Esto provoca, cada año, accidentes, muchas veces fatales, en la niñez. En Estados Unidos la campaña nacional de seguridad infantil "SAFE KIDS" y la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos (US Consumer Product Safety Commission (CPSC) indicaron que "...de las lesiones ocasionadas por juguetes, no requieren internación (97 por ciento); sin embargo, en 2003, 11 niños murieron debido a lesiones relacionadas con juguetes".
Aunque cuesten más, los juguetes pensados para ser útiles y educativos, son los apropiados para desarrollar las áreas afectivas, cognoscitivas y motoras del infante.

El juguete educativo

Los llamados juguetes educativos permiten a los niños un aprendizaje efectivo y provechoso, y aquellos fabricados de plásticos han alcanzado una gran reputación por su consistencia y durabilidad, muchos de ellos evitan la posibilidad de que el infante sufra un accidente al ser usados.
Recomienda Susan Donohue, especialista en nutrición y asuntos de la familia y del consumidor con Extensión Cooperativa de la Universidad de California, lo siguiente:
·         "Los juguetes deben comprarse teniendo en cuenta las destrezas del niño, no sólo según su edad. Las recomendaciones del fabricante pueden servir de guía".
·         "Un juguete demasiado avanzado o demasiado sencillo para el niño puede ser usado de manera equivocada y causar una lesión".
·         "Los menores de ocho años, deben evitar juguetes con orillas afiladas, que requieran de electricidad para su funcionamiento o que tengan elementos que calienten."
·         "Un juguete didáctico tiene el propósito de estimular, en el niño, su capacidad innata de juego, enfocado a: la estimulación temprana, lenguaje, matemáticas, lecto escritura, concentración y memoria".
·         "Debe ser simple para permitirle su manipulación. Resistente para que pueda disponer de él a su voluntad. Dúctil para que pueda dar respuestas a su imaginación y debe adaptarse a los intereses que en cada etapa del desarrollo del niño/a lo acucian".
·         "Los juguetes didácticos son facilitadores del juego, pensados para encauzar el desarrollo de los aspectos motrices, intelectuales y afectivos de los distintos momentos evolutivos del infante".
Ejemplos de estos los encontramos en:
1.    Los cubos livianos especialmente diseñados para las distintas necesidades motrices: presión, construcción, entre otros.
2.    Los encajes planos que ayudan al desarrollo de la coordinación óculo-manual y para estimular la noción integrada de parte-todo.
3.    Las loterías de figuras, activan el reconocimiento de formas, tamaños, colores. Promueven asociaciones lógicas.
El juguete didáctico es un refuerzo a lo que ya posee el infante, ya que posibilita nuevas adquisiciones y aprovecha la etapa lúdica por la que está pasando. Por último, hay que valorar el sentido de atracción que determinado juguete ejerce sobre el niño, sin tratar de imponer el criterio propio frente a ello.

Etapa lúdica del desarrollo del niño o niña


El juego es importante en el desarrollo del niño(a)
La pedagoga, Angélica Collado, panameña, en su libro “Construyo un juguete para mi niño de 0 a 6 años”, manifiesta que la permanencia del juego en la vida del niño, junto a un espíritu inquieto y fogoso nos muestra su: “salud, su estabilidad emocional, su balanceado desarrollo, su alegría de vivir, su deseo de aprender, su seguridad de afirmarse, su bienestar y su grado de socialización”.
Es una manifestación natural inherente al niño, lo contrario debe señalarnos que algo anda mal en lo físico o psíquico del infante.
El proceso cognoscitivo del niño(a) no surge en etapas de procesos aislados, “un paso en su educación, es algo que le lleva a una manifestación con el ambiente, tanto físico o natural así como el aspecto social y emocional”, el cual lo rodea incluso desde su concepción.
·         Durante la etapa del pre-escolar, un objeto adquiere un valor esencial utilizándolo para reconocer su mundo de fantasías, experimentar sus propias experiencias y así, aventurarse a la construcción con una imaginación sublime. Lo identifica con asuntos que van más allá de lo que la ciencia podría ofrecer, jugando a imitar el mundo del adulto, tal y como ellos lo ven.
·         Entre los y cinco años los niños(as) se desarrollan con un ritmo rápido. En cada nivel de edad parece existir una necesidad especial que requiere satisfacción por parte del infante.
·         Aún cuando se dan variaciones entre los niños, hay, con todos, muchas características que son comunes a los que se encuentran en determinado grupo de edad.
·         El niño de dos años necesita una gran extensión de territorio para explorarla, olerla, gustarla, mirarla y sentirla. Investiga todo lo que entre en contacto con su cuerpo. Explorador, a medida que pasa una cosa a otra, dedicando a cada hallazgo solo pocos minutos de su tiempo.
·         Cuando tiene tres años el niño necesita contacto social con otros de su misma edad, “comienza buscar a sus pares. Cuando pasa al lado de otro, aún cuando lo haga, de pronto, mediante un modo no muy social, como un golpe o un empujón, se da una atracción instantánea cuando un niño de tres años se encuentra con otros, independientemente de su edad”.
·         A los cuatro años el niño se encuentra en la etapa en que necesita un compinche. El sexo de este carece de importancia. Lo importante es que el niño tiene un amigo. Se convierte en parte de su vida, sentándose, comiendo, jugando e, incluso, durante las horas de descanso, suelen hacerlos juntos.
·         Cuando tiene cinco años, no solo establecen relaciones sociales, sino que se interesan por los contactos grupales. Sus juegos se vuelven más organizados, juegan juntos, elaboran juntos ideas y, con frecuencia, obran en función de la capacidad de cada miembro del grupo en la medida que se conocen.
Para cada una de estas etapas se necesita un guía que lo ayude a desarrollar su capacidad creadora. El juguete pasa a ser un lugar, un espacio de relaciones afectivas, imaginarias, y su correspondiente relación con la tecnología de la época.