martes, 11 de junio de 2019

Confidencias de un inspector electoral






Participé en las elecciones generales de este año 2019 como inspector de mesa y por ello logré observar que a pesar de tener una experiencia de varios lustros el Tribunal Electoral navega sobre aguas de la improvisación. Para ser inspector hay que pasar por una preparación previa recibiendo un seminario de un día o vía online, método que me parecen importante utilizar con mayor acierto a futuro dado el uso cada vez mayor del internet. Faltando una semana para los comicios fui llamado para recibir un seminario tipo recorderis de lo visto en las clases online. La labor no fue fácil
pues no se brinda las herramientas necesarias para llevar a cabo las tareas asignadas. El trabajo es por un espacio de 7 días, periodo que entre otras tareas, se debe intentar constatar a los miembros de mesa bajo tu responsabilidad, en mi caso 16 personas. Faltó logística para cumplir con lo asignado y no hubo una correspondencia con el trabajo que había que realizar como lo fue la falta de alimentos, por ejemplo, para los que tuvieron que estar en la labor de vigilancia de las mesas durante el día de la elección, mucho menos para los miembros de mesa. A ellos se les da un adelanto de $10 para eso. La verificación del personal de mesa de votación se tuvo que hacer mediante el uso de línea privada pues no hubo un teléfono a disposición para llevar a cabo este asunto tan vital.  La movilización no fue garantizada. No hubo un carro a disposición para el traslado de los documentos. Es lamentable ver que la experiencia de los jóvenes encargados de mesa no es la más apropiada ni de lo que conforman el resto de la actividad pues no están realmente comprometidos con la responsabilidad que un seminario dictado en un día pueda ofrecer. Y qué decir cuando muchos de ellos, dado el tedioso trabajo, llegan exhaustos al final de la jornada. Se necesita destinar más tiempo en la preparación del personal a necesitar, así se puedan subsanar muchos errores que han sido denunciados a lo largo del país. El día de los comicios el tiempo paso rápido y cubrimos más de las 24 horas continuas.  Hasta aquí alguno de los inconvenientes surgidos, me imagino que a lo largo de toda la organización el asunto es igual de caótico. Los delegados electorales fueron felicitados por su labor pero qué de todo el sistema que sustenta la votaciones: coordinadores, supervisores, inspectores, y miembros de mesa, entre otros. Sin el trabajo desmedido de cada uno de ellos las elecciones no tuvieran el fruto anhelado.  Consideró que a este sector se les debe garantizar un mayor emolumento  de acuerdo al tiempo que destinen para la preparación de los comicios. Millones de dólares son repartidos a los partidos políticos para sus actividades anualmente. Entonces, por qué no dar una mayor asignación al presupuesto de contratación de personal de apoyo. En cuanto a los jurados de mesas estos deben ser preparados con mucha anticipación igual con el resto del personal. Las escuelas pueden ser utilizadas como centro de capacitación y captación de aquellos jóvenes que están por salir quinto y sexto año por espacio de dos semanas, dos años antes de las elecciones, y brindarles elementos cognoscitivos que incentiven la participación cívica de la juventud en las elecciones para que sean garantes de la pulcritud y transparencia de los comicios. Estoy de acuerdo con que el robo, desaparición, u omisión de un acta sea castigado pero por una falta cómo dejar de colocar una raya al padrón de firma u otros pequeños detalles te manden a buscar con policías a tu casa como si fueras un delincuente no tiene sentido. Es más el hecho de que el Tribunal Electoral delegue la responsabilidad en el núcleo de la mesa de votación hacia arriba, en forma individual,  abstrayendose de toda responsabilidad de darse un error es irresponsable pués la misma debe ser de todos tanto en lo bueno y en lo malo. El sistema de acta está desfasado igual que el sistema de votación. Son páginas largas que a la hora de la hora se cometen errores dada la poca preparación de los funcionarios.  Al final bloque entero de papel son incinerados, recursos valiosos desechados. Hay que buscar otro mecanismo más ágiles y efectivo para registrar la voluntad popular, la población está creciendo y las elecciones pasadas nos dejaron la necesidad de buscar una segunda vuelta electoral. Puede que debamos hacer unas elecciones para elegir a los diputados (cuyo número debe bajar), y representantes en otro momento distinto a las elecciones de presidente. Los miembros del Tribunal Electoral a futuro deben comenzar a pensar desde ya en cada uno de los detalles necesarios para que las tropas como la que se movilizaron para lograr el éxito cometido en estos comicios sean atendidas y respetadas como seres humanos.

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