El descubrimiento del Mar del Sur en 1513, (hoy Mar
Pacífico) significó para esa época la certeza de que Colón no había
llegado al ansiado Oriente. Había descubierto una vasta y enorme tierra a la
que más tarde llamarían América.
Travesías
con grandes tropiezos
En 1513, Vasco Núñez de Balboa le escribía al Rey sobre los aborígenes en esta forma: “he sabido de
ellos muy grandes secretos y cosas donde se puede haber muy grandes riquezas en
muchas cantidades de oro donde Vuestra muy Real Alteza será muy servido”.
En esta carta describía a los aborígenes como muy
dóciles y llamaba a no hacerles daño e incluso indicaba “he procurado,
por doquier que he andado que los indios de esta tierra sean muy bien
tratados no consistiendo hacerles mal ninguno”.
La conquista y descubrimiento no
fue tarea fácil, por el contrario se enfrentaron a grandes tropiezos, y así lo
describe Balboa en ésta líneas: “andando por ríos y ciénagas de estas
tierra no crea Vuestra Alteza que es tan liviano que nos andamos ahogado,
porque muchas veces no acaece ir una legua y dos y tres por ciénagas y agua
desnudos y la ropa cogida puesta en la tablachina encima de la cabeza, y salidos
de unas ciénaga entramos en otras y andar de esta manera dos y tres y diez
días”.
La culturización de los pueblos americanos
En cierta forma los aborígenes americanos eran
pueblos que estaban en una etapa de desarrollo cultural, un poco más atrasado que los mismos españoles. Sus creencias, que tanto
se recuerda como adoradores de dioses y de sacrificios humanos rememoran los
momentos de las tribus paganas de los pueblos europeos, antes de la llegada del cristianismo.
Contrario a los criterios de la “incivilización” de los
pueblos indígenas es justo indicar que solo podemos conocer en nuestros días
parte de su historia y costumbres a través de los escritos hechos por los
mismos conquistadores, de las pocas obras de artesanía encontradas o de los
relatos de boca en boca que han podido sobrevivir a través de los siglos.
Para el indio americano, la conquista efectuada hace más de quinientos años ha sido un proceso amargo del
cual no se han podido aún recuperar y en pleno siglo XXI sus comunidades se
mantienen con un alto grado de pobreza, analfabetismo e insalubridad, con falta
de oportunidades y de políticas públicas claras que los saquen del pauperismo y
desarraigo en que se encuentran convirtiéndose en el sector más vulnerable de
la población americana.
Quinto centenario del descubrimiento del Mar
del Sur a celebrarse en Panamá
Una serie de actividades que abarcan el año 2010 hasta el 2013 se han programado para celebrar este acontecimiento de envergadura
mundial cuyo descubrimiento significó un cambio radical en cuanto a la
percepción del mundo conocido hasta ese momento. Los eventos servirán también para conmemorar el
establecimiento de la primera diócesis en tierra firme del continente americano.
Después de tan trascendental descubrimiento y que
en palabras más o palabras menos impulsó la búsqueda de una vía de acceso
marítimo más rápida que conectara el Atlántico con el Pacífico, se erige una
ciudad con un pasado rico en hechos, en donde las estructuras coloniales se
contraponen con los modernos edificios de hoy.
Y en pleno corazón de la ciudad de Panamá,
ante el Mar Pacífico se yergue un monumento en honor a este descubridor del Mar
del Sur, Vasco Nuñez de Balboa cuya figura parece evocar este momento tan
crucial para la historia de la humanidad y de ingrata recordación para los que
sintieron en carne propia la destrucción y humillación de millones de personas
de los llamados pueblos originarios del continente americano.
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