miércoles, 8 de enero de 2014

Con GUPC o sin ellos. Panamá garantiza terminar obra de ampliación del Canal

                La situación actual en que se encuentra el proyecto de la ampliación del Canal de Panamá merece hacer algunas consideraciones al respecto, pues es un asunto que desdice mucho de la seriedad de las empresas que construyen el ensanche de esta vía y de su capacidad para culminarla dado los problemas de liquidez que presentan en la actualidad.
                Primero hay que entender que la Autoridad del Canal de Panamá es una empresa del Estado Panameño, pero está regida por sus propias normas y protegida por títulos constitucionales que la permean de la intención de los políticos de hurgar en sus finanzas. Así que la presencia tanto del presidente de la República de Panamá como de la Ministra de Fomento de España solo pueden ser consideradas como intenciones de mediar en un asunto donde pueden opinar pero no decidir nada sobre el mismo.
                Por ello, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ha venido insistiendo en que el conglomerado de empresas que conforman el Grupo Unido por el Canal, se mantenga dentro de los lineamientos acordados en el contrato pactado hace ya varios años atrás, pues en el reposan los mecanismos necesario para interponer demandas acorde al desarrollo que la obra va teniendo, indicando con ello, que los sobre costos que se logren sustentar con datos fehacientes serán pagados en su totalidad por la ACP.
                Dicho esto, el problema presentado es por la facturación o pedido de unos $1,600 millones de dólares más de lo acordado en el actual contrato de construcción aduciendo sobre costos. Esto representaría más del 50 por ciento del total pactado establecido en $3 mil 118 millones. Hasta el momento la ACP ha desembolsado de esta suma unos $2 mil 831 millones en pagos y adelantos, quedando un porcentaje ínfimo para cancelar lo pactado. Entre esta exorbitante cifra se incluye $2,047 millones en pago por trabajos concluidos (75% de la obra está construida), más $784 millones que se les adelantó y  que el consorcio debe reembolsar a la ACP. Además de ello, se les ha pagado la suma de $156 millones en concepto de reclamos aceptados a su favor.
                El problema se agudiza luego de que este conglomerado de empresas decide mandar un ultimátum de 21 días a la ACP y paralizar la obra si no se accede al pago de la cifra anteriormente descrita. La ACP señaló que este ultimátum se veía como un chantaje y llamó a los empresarios a mantenerse dentro de las reglas del juego pactada. La presencia de la Ministra de Fomento de España y del presidente de Panamá solo logró sentar por breves horas a las partes en conflicto en donde surge una propuesta de parte de la ACP de dar un adelanto de $100 millones de dólares así como extender el plazo a varios meses del adelanto que estas empresas deberían cancelar dentro de poco. Esta propuesta sería efectiva si los empresarios de GUPC aceptaban incorporar igual cantidad de recursos, otros cien millones y dejar sin efecto la medida de paralizar la obra.
                Sin embargo mediante un comunicado distribuido a los medios de comunicación GUPC hacía suyo la intención de solicitar que la ACP les adelantará el pago de unos 400 millones de dólares. Por otra parte se le agrega a este problema otra petición, esta vez de parte de la empresa italiana Impregio, miembro de GUPC, que ha solicitado también la suma de $500 millones de adelanto, ambas para continuar la obra.
                Todo estas solicitudes hasta el momento han sido hechas fuera de lo establecido en el contrato, lo que prevé que GUPC está buscando no honrar lo tratado y renegociar otro pacto con el fin de obtener más recurso bajo la premisa de que han incurrido en sobre costos. La obra ya tiene varios meses de atraso, además aún están por traer las otras compuertas que ya están construidas y permanecen en un puerto europeo en la espera de ser embarcada hacia Panamá. Estos y otros problemas como el recurso de bajar la planilla se están sucediendo en la actualidad. Hasta el día de hoy la empresa no ha podido sustentar seriamente los sobre costos de la obra. La ACP ha sido categórica en sus intervenciones frente al problema presentado aduciendo que GUPC debe ceñirse a los mecanismos establecidos en el contrato para estos casos, saliendo así al paso que solo negociarán dentro de lo establecido en el pacto y con el consorcio GUPC y no de manera individual como parece ser el camino que están adoptando.
                El escenario que se pinta no parece ser el más halagüeño para las partes en conflicto, pues no se ve interés de solucionar el problema de parte de GUPC sino más bien conseguir más dinero a costa de los recursos del Canal. Una de las empresas presente en la ampliación del Canal de Panamá, Sacyr está presentando serios problemas de liquidez para pagar a sus acreedores. Mientras la ACP puede optar por varias vías, una de ellas es rescindir el contrato y culminar la obra con sus propios trabajadores, u otra empresa. Esto daría pie a cobrar la fianza de cumplimiento que esta por el orden de los $600 millones. Dada las circunstancias, esto último parece ser el camino que deberá tomar la ACP y que estaría avalada por el estado panameño garantizando de esta forma que la obra sea concluida de acuerdo a lo establecido para el año 2015.

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