Ampliación
del Canal de Panamá, una decisión impostergable
Este año
2014 se conmemora cien años de haberse construido el Canal de Panamá, luego de
una serie de hechos que pusieron en duda su culminación. Uno de ellos fue la
situación creada por los franceses quienes sin mayores elementos de juicio
sobre su construcción terminaron despilfarrando sumas importantes en 1879,
quedando registrado en la historia la incapacidad de aquellos por terminar tan
importante proyecto de envergadura mundial.
Remembranza
de una época de despilfarro
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GUPC abandona paraliza la obra de ampliación del Canal |
Inicialmente
los franceses pensaron que podían aplicar la experiencia adquirida en Egipto,
pero las cosas no resultaron según lo planeado. En primer lugar, indican
documentos históricos, el Canal de Suez de 100 millas de largo requirió ochenta
de excavación pero en terreno arenoso o de tierra suave con pocos cerros de
piedra caliza. Por otra parte, el terreno era plano y la mayor altitud era de
cincuenta pies sobre el nivel del mar. Egipto aportó además casi toda la mano
de obra para la construcción del Canal y los sueldos, por lo general, eran
bajos. El clima aunque sofocante al igual que en el trópico, era seco, propio
del desierto, de manera que era más tolerable para los europeos y aún no se
conocía epidemias mortales.
Panamá, en
cambio, presentaba condiciones diferentes y más desfavorables. Aunque solo se
necesitaba excavar unas cincuenta millas, el terreno era rocoso y se producían
derrumbes. Las mayores alturas eran de trescientos treinta pies sobre el nivel
del mar y el Chagres principal afluente del futuro canal se inundaba en la
época de lluvias. Además se encontraron con el mosquito que transmitían la
fiebre amarilla. El recurso económico fue otra de las imprecisiones de los
franceses. En principio el Congreso calculó que el Canal costaría mil
doscientos millones de francos, después esta cifra fue reducida a ochocientos
cuarenta y tres.
Luego Lesseps
consideró que esa cifra era exagerada y determinó que con seiscientos cincuenta
millones de franco podía construirlo. Pero fue más allá, puesto que luego
determinó que con trescientos millones de francos podría andar la compañía. Al abandonar la obra, los franceses habían
dragado unos 79 millones de yardas cúbicas de tierra, además se contabilizaron
una gran cantidad de herramientas inapropiadas para el extenuante trabajo en el
trópico como los fueron las que se usaban en la nieve, por lo que eran
inservibles.
Cien
años después, una decisión impostergable
Cuando
se oye al consorcio GUPC hablar de problemas encontrado en la construcción de
la ampliación del Canal de Panamá, son solo hechos no sustentados antes las
instancias que el contrato prevé para ventilar estos asuntos. Esto según ellos,
entre otros, les ha provocado sobre costos, tratando de lograr que se les pague
una suma que haría un cincuenta por ciento más oneroso lo pactado.
Veamos.
Hasta el momento el consorcio no ha podido sustentar, dentro de los mecanismos
que tiene el contrato (son tres para resolver conflictos), los anunciados
sobrecostos. Mecanismo que ya utilizaron y se les aceptó en ese momento el
reclamo de varios millones de dólares. Por otro lado han mantenido una actitud
de poco profesionalismo ante la responsabilidad que les atañe ante una obra de
estas proporciones, como por ejemplo: hacer que los trabajos caigan a un 25% de
su gestión,(desde diciembre del año pasado), para luego iniciar, tal como lo
hicieron este miércoles 5 de febrero, la paralización total de los trabajos de
construcción, sumando esta acción al retraso de la obra que abarca casi un año.
Por
otra parte, a la fecha está incumpliendo con el pago a varias empresas
subcontratistas, registrando cifras millonarias de endeudamiento. No han podido
presentar el paz y salvo de estar al día con el Seguro Social de Panamá, además
de poner en riesgo la salud de miles de obreros que conforman la planilla de
esta empresa. Hoy también se mandaron a casa a los cientos de trabajadores que
quedaban, sin preaviso de destitución, sin mediar carta de por medio para
ventilar ante los tribunales esta acción, violentando leyes panameñas
establecidas en los contratos entre el trabajador y el empleador.
El
asunto es más complicado de lo que aparenta, pues al parecer la realidad está
en que GUPC no tiene el capital necesario para continuar la obra recurriendo a
la excusa de sobre costos, tratando que la ACP les acepte el pago de $1,600 millones
de dólares y así reflotar sus malogradas finanzas.
Las
consecuencias de esta acción de parar totalmente la obra de ampliación son
incalculables, especialmente por sus implicaciones en tiempo, por ejemplo las
construcciones de infraestructuras, y ampliaciones de puertos en los
principales centros marítimos en los Estados Unidos, y América Latina que están
preparándose para recibir los barcos que deberían pasar por el canal ampliado
el próximo año, pero que con este grave problema no estarán a tiempo.
Luego
de recibir la carta de parte de GUPC a finales de diciembre del año pasado, la
ACP estuvo llamando al consorcio al dialogo para que presentara sus reclamos en
las instancias creadas para ello dentro del contrato, y de deponer su actitud
de conspirar, como así lo hicieron, con el desarrollo de la obra en
construcción. Hoy GUPC cumplió su amenaza y paralizó los trabajos totalmente en
la obra de la ampliación del canal. Lo hace en medio del pago de más de 700
millones que adeuda como parte de un adelanto que se les dio para financiar la
obra, y que se había establecido darle un mayor tiempo a la moratoria de la
misma.
La
respuesta de la ACP ha sido contundente y ha dicho que la obra de ampliación
del Canal de Panamá se hará sin o con la participación de GUPC, pues han
intentado dentro de lo posible que el consorcio cumpla con el contrato pactado.
Han sido horas, días, y meses de negociación. Sin embargo, ACP mantiene una
ventana abierta para continuar las negociaciones, pero con la salvedad que
dentro de un tiempo perentorio dará a conocer su decisión soberana de continuar
los trabajos de la ampliación con miras a ser culminado en el año 2015.
Un
sobrevuelo de las finanzas de este consorcio europeo nos permite decir que
hasta el momento GUPC ha recibido, según lo pactado, casi el 90% de lo que se
había establecido en el contrato, además los respectivos gobiernos de estas
empresas, Italia, España y Bélgica han dado respetables sumas de dineros a estas
empresas, así mismo los bancos. Entonces, estamos hablando de un capital de
varios miles de millones de dólares
recibidos ya y depositados en las arcas de este consorcio, El asunto nos indica
que ha habido malos manejos en la administración de los recursos y que debido a
esto no ven otra solución que intentar cobrar sobre costos imaginarios para
reflotar sus finanzas, tal como expresé arriba,
Panamá
“no se va a dejar chantajear”, dice el Administrador del Canal de Panamá, la
obra se concluirá en el tiempo estipulado para ello, el año 2015, y asegura
tener un plan B para afrontar el problema. Ese plan B lo llevó a cabo Theodore Roosevelt frente a la renuncia de Stevens,
un ingeniero norteamericano que ideo muchos de los mecanismo que facilitaron la
construcción del canal por los norteamericanos. En esa oportunidad Roosevelt decidió
que no cometería el mismo error dos veces y nombró a un militar como reemplazo
de Stevens, un miembro del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, quien debería
permanecer en el puesto por el tiempo que dispusiera su presidente y comandante
en jefe. El siguiente ingeniero jefe fue el Teniente Coronel George Washington
Goethals, quien fue ascendido al rango de Coronel en diciembre de 1909 y luego
a Mayor General el 4 de marzo de 1914, y así garantizó que la obra cumbre del
siglo XX fuese concluida por los norteamericanos.