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Manifestantes panameños en contra de la corrupción |
Quizás has oído hablar sobre el
Canal de Panamá, obra de ingeniería que lo atraviesa a todo lo largo de su
cintura más angosta. Estas es una de las maravillas del mundo contemporáneo recuperadas
por los panameños hace quince años, luego de largas luchas escenificadas en el
siglo pasado, vía marítima que estaba en poder de los norteamericanos, quienes
lo construyeron, y aun hoy se mantiene trabajando, como el primer día gracias a
la tecnología aplicada en su obra.
La
historia de esta franja canalera está plagada de hechos heroicos, donde el
pueblo panameño junto a su estudiantes registraron páginas gloriosa de luchas y
sacrificios. Es un país que fue dividido en medio de su geografía, donde
existía personas que se autodenominaban zonian, eran norteamericanos pero con
muchos privilegios los cuales no tenían sus coterráneos en los propios Estados
Unidos.
Los
norteamericanos tenían sus comisariatos, jueces, policías, bases militares,
aéreas, navales y terrestres, contaban con su propio servicio de aeropuertos, y
puertos, así también con una infraestructura mejor que la que se podría
encontrar en territorio panameño, como servicios de agua potable, electricidad,
carreteras, acueductos, viviendas acorde al trópico, y por mucho tiempo imperó
la política segregacionista propia del sur de los EE.UU.
Casi en cada década del siglo pasado, los
norteamericanos intervinieron en Panamá ya sea en forma directa o indirecta,
sea por la vía diplomática o usando la fuerza de sus armas, pero aun con todo
eso, la verdad supo sobreponerse a la prepotencia, pues los estudiantes y el
pueblo en general estaban en lo cierto al definir el enclave colonial como un
lastre que no permitía a nuestro país avanzar. Dos fechas históricas podemos
mencionar de tantas otras, la gesta heroica del 9 de enero de 1964 cuando los
estudiantes deciden enarbolar la enseña tricolor a lado de la norteamericana
exigiendo un compromiso adquirido con la administración del presidente Kennedy, y luego la llegada al poder del General Omar Torrijos quien luego de un golpe
de estado en 1968 supo canalizar el descontento del pueblo panameño y hacer que
el mundo se solidarizara con este sentimiento de recuperación de la soberanía
en el Canal.
El Canal en manos panameñas
Hace
quince años, el Canal de Panamá pasó a manos panameñas. Los norteamericanos a
regañadientes cedieron cientos de millones de dólares en infraestructuras y
tierras que fueron devueltos a Panamá. Desde ese momento los panameños tomaron
el control total de la vía interoceánica, y hasta el momento de hoy se puede
decir que la mano de obra que la sustenta es casi el 90 por ciento panameño, manteniendo
los altos niveles de estándar que prevalecieron y deben prevalecer en un
servicio internacional como el que brinda el Canal de Panamá.
Este
año 2014 el aporte que por ley debe entregar la Autoridad del Canal al erario
público supera los mil
treinta millones de dólares lo que sumado a lo entregado por la vía en
estos quince años se calcula que ronda los diez mil millones de dólares.
Durante el periodo que estuvo en manos de los norteamericanos, el aporte de
estos, en 85 años bajo su control solamente entregaron 1,833 millones de
dólares.
Este
capital en los últimos quince años ha posibilitado que la República de Panamá
muestre una nueva cara ante el mundo, pues en sus calles se ve la presencia de
estos recursos. Pero hoy día se lucha por contener el apetito voraz de
personeros que se toman el control del Estado para la corrupción y el derroche
de dinero en obras que no son prioritarias, son poderosos grupos económicos conspirando
para apropiarse de este enorme caudal de dinero.
La
ampliación del Canal, una decisión soberana tomada por el pueblo panameño esta
pronto a finalizar. Esto con el interés de poder amoldar la vía a los avances y
cambios que en materia de transporte marino se están dando. Pero esto no es
todo, a la par de esta vía se amplían los
puertos, se construyen otros, se reordena el servicio de transporte aéreo,
ampliando los principales aeropuertos, se inaugura un metro cuyo ramales
deberán estar terminados al finalizar el presente quinquenio, y se amplían las
vías terrestres con el fin de lograr una mayor rapidez en el transito de los vehículos por el país. El destino de esta nación es muy positivo, reitero gracias
a las luchas generacionales que supieron en su momento establecer que nuestro
principal recurso, nuestra posición geográfica debía estar en manos panameñas.