viernes, 17 de abril de 2015

Un decenio contra la discriminación racial

AFRODESCENDIENTES


            Reconocimiento, justicia y desarrollo son los pilares por la cual las Naciones Unidas incentivan la celebración del Decenio Internacional para los Afrodescendientes que debe ser conmemorado por sus estados miembros a partir del año 2015 hasta el 2024. Las actividades a desarrollar se enmarcan dentro de la Declaración y el Programa de Acción de Durban que constituye una base sólida para luchar contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia convirtiéndose en un nuevo esfuerzo de las Naciones Unidas para restablecer los derechos y la dignidad de los afrodescendientes.
            En la declaración reseñada de Durban las Naciones Unidas reconocen que los afrodescendientes vienen sufriendo de las consecuencias de aquella época donde la esclavitud, la trata de esclavos y el colonialismo sostenían la economía de pueblos muchos más poderosos, sin embargo pese a que dicho sistema ha sido abolido aun se siguen manifestando en forma directa o indirectas, tanto de facto como de jure, la desigualdad y desventajas socio económicas contra estos descendientes de las víctimas de la trata trasatlántica de esclavos o migrantes constituyéndose algunos en los grupos más pobres y marginados en estos países.
            Estudios realizados demuestran que estos pueblos tienen muy limitado su acceso a la educación, salud de calidad, vivienda y seguridad social, siendo un grupo invisible a los gobiernos, irrespetando sus luchas por mejores condiciones sociales. Ellos se enfrenta constantemente a la discriminación en la administración de justicia, con una alta tasa de violencia policial contra estos descendientes, llegando incluso a establecer perfiles delincuenciales en función de la raza, además de tener una baja participación política a la hora de ejercer el voto así como en el ejercicio de cargos políticos.
            Por lo tanto  el objetivo principal del Decenio Internacional consiste en promover el respeto, la protección y la realización de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de los afrodescendientes, como se reconoce en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

El Decenio se centrará en los objetivos específicos siguientes en el plano nacional:


a) Reforzar la adopción de medidas y la cooperación a nivel nacional, regional e internacional para lograr que los afrodescendientes disfruten a plenitud de sus derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos y participen plenamente y en igualdad de condiciones en todos los ámbitos de la sociedad;
b) Promover un mayor conocimiento y respeto de la diversidad de la herencia y la cultura de los afrodescendientes y de su contribución al desarrollo de las sociedades;
c) Aprobar y fortalecer marcos jurídicos nacionales, regionales e internacionales de conformidad con la Declaración y el Programa de Acción de Durban y la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, y asegurar su aplicación plena y efectiva.


            Los Estados deberán adoptar medidas concretas y prácticas mediante la aprobación y aplicación efectiva de marcos jurídicos nacionales e internacionales y de políticas y programas de lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia a que se enfrentan los afrodescendientes, teniendo en cuenta la situación particular de las mujeres, las niñas y los varones jóvenes con el fin de alcanzar las metas trazadas en Durban.

martes, 14 de abril de 2015

Reflexiones: Vientos de cambios en las Américas

Reflexiones: Vientos de cambios en las Américas: Acerca de la VII Cumbre en Panamá                 Aun resuenan los motores de los aviones que llevaron a los 35 jefes de estado a estar...

Vientos de cambios en las Américas

Acerca de la VII Cumbre en Panamá


                Aun resuenan los motores de los aviones que llevaron a los 35 jefes de estado a estar presente en la VII Cumbre de las Américas celebrada en Panamá del 8 al 11 de abril de este año, donde la expectativa dominante estuvo centrada en la conversaciones llevadas a cabo por el presidente norteamericano Barack Obama y el presidente de Cuba, Raúl Castro (discurso completo). Ellos continuarían conversaciones para restablecer las relaciones entre ambos países luego de casi 50 años de estar paralizadas y entre los acuerdos consensuados estaba la posibilidad de abrir embajadas en ambos países y la salida de Cuba de la lista negra de países patrocinadores del terrorismo en el mundo.
            La cita logró su propósito e hizo cumplir el mandato dado por la cumbre de mandatarios anterior a esta en Cartagena de Indias de no celebrar ninguna otra, si no estuviera presente Cuba, y en este encuentro asistió no como invitado sino como un miembro pleno que se ganó su derecho a estar presente respetando las diferencias ideológicas y económicas.
            Fue una cumbre distinta, al decir de los entendidos de la materia, pues casis todos los periodistas y cadenas televisivas internacionales concluyeron que la misma sirvió para exponer las diferencias que se están cocinando en el llamado “traspatio” norteamericano dadas las criticas que el presidente Obama recibió de parte de los mandatarios del Sur frente a la política del garrote llevada a cabo por sus antecesores en América Latina, argumentos inusuales en estos tipos de eventos donde los Estados Unidos como primera potencia del orbe no había encontrado tanto rechazo por parte de países que siempre les ha sido fiel a sus intereses.
            Pero Barack Obama (discurso completo) ripostó estos argumentos diciendo “Cuando llegué a mi primera cumbre hace 6 años, yo prometí que iniciaría un nuevo capítulo de participación y de compromiso en esta región. Opinaba que nuestras naciones tenían que olvidarse de los viejos argumentos y los viejos resentimientos que demasiado a menudo nos atrapaban en el pasado, que teníamos una responsabilidad compartida de mirar hacia el futuro y de pensar y lograr de maneras actualizadas”.
            Se refirió muy puntualmente al hecho de las libertades conculcadas en varias naciones del continente donde se encarcelan a las personas por el solo hecho de disentir “Creo que si creemos en la democracia, significa que todo el mundo tiene la oportunidad de hablar y ofrecer sus opiniones para defender lo que opina, es justo, y rezar, tener un credo, organizarse y reunirse tal y como piensan que sea apropiado, siempre y cuando no obren con violencia”.
            Previo al encuentro de mandatarios se realizaron diversos foros, entre ellos el de la Sociedad Civil y Actores Sociales la cual no pudo llegar a acuerdos consensuados dada la actitud violenta de participantes venezolanos y cubanos que hicieron todo lo posible por evitar el desarrollo de las discusiones. Otro de los foros, muy importante según muchos analista fue la convocatoria de los rectores de las distintas universidades de América a discutir el estado actual de la educación superior donde participaron un selecto grupo de la intelectualidad americana logrando consensos en muchos planteamientos, al igual que el foro de la Juventud donde se plantearos diversas propuestas que deben ser analizadas por los mandatarios.
            A la par del desarrollo de la Cumbre de Jefes de Estado del Continente americano se desarrolló la Cumbre de los Pueblos, conformadas por organizaciones no gubernamentales, representantes de las distintas etnias de los pueblos originarios del continente, y organizaciones sindicales entre otros.
            A pesar de no concluir con un documento mandatario de acciones a emprender por los distintos gobiernos del continente americano, la cita dio un paso extraordinario frente a la posibilidad de que el dialogo, la tolerancia, el respeto a los disensos pueda ser política a aplicar en cada uno de nuestros países.
            Sin embargo según los avances que los mandatarios dijeron haber logrado en sus respectivos países, especialmente aquellos que hablan del nuevo socialismo del siglo XXI, aun falta mucho por emprender en materia de tolerancia a las criticas que grupos de la sociedad civil realizan constantemente sobre las políticas que vienen aplicando a sus gobernados violentando con ello el derecho a disentir y expresar libremente sus opiniones.

            En esta cumbre se oyeron voces disidentes y críticas de la política que Estados Unidos viene aplicando, logrando que parte de sus dirigentes vean con mayor atención su “traspatio”, porque se siente nuevos vientos de cambios en esta parte del orbe donde la democracia está en juego.