sábado, 19 de noviembre de 2016

Los EE.UU. giran el timón hacia la derecha férrea

Alegoría sobre el famoso muro de Trump
 Aunque gran parte de las famosas encuestas daban por descontado el triunfo de Hilary Clinton así como casi todo el aparato mediático que se plegó a los requerimientos de los sectores de poder en los Estados Unidos contrarios a la candidatura de Trump, estos no pudieron influir en el electorado para evitar el resultado que hoy todos conocemos. “En una contienda interesante pero aterradora” escrito en mi blog Reflexiones aseguré en agosto pasado que: “A mi entender Donald Trump ha sabido manejar los medios de comunicación, verbigracia a que él es un connotado precursor de muchos de ellos, ha sabido vender su imagen tanto en las buenas o en las malas. Cada vez que él hace algo o despotrica contra alguien los medios de comunicación lo registran. No hay momento negativo o positivo que no sea registrado por estos medios. Me parece que ha sabido manejar tanto la publicidad como la propaganda en favor de su candidatura”. Jorge Ramos en una entrevista a CNN recientemente dijo:Muchos votantes norteamericanos votaron por el horror, y el horror llegó, así que eso es lo que tenemos aquí, y no queda más que darle cara y enfrentarlo…estamos ante un juego totalmente nuevo”, (ver El análisis de Jorge Ramos con Aristegui sobre el Presidente Trump). Este es un profesional de la pluma de origen latino que tuvo serios encontrones con el actual mandatario de los EE.UU. Aunque me inclinaba por la candidata demócrata en ese escrito, percibía la arrolladora figura de Trump y sus ansias de llegar a la silla presidencial, apartando todo obstáculo que encontraba en su camino. Una figura contraria a todo vaticinio pero contundente al lograr que una amplia mayoría del electorado lo respaldara, especialmente aquellos condados o distritos que tenían mayoría en cuanto a la elección de los delegados al colegio electoral. Aunque todos sabemos que el voto mayoritario fue para la candidata demócrata el resultado final fue para Trump ya que logró obtener los votos necesarios de los famosos colegios electorales, y por ello solo nos queda analizar algunos de los posibles escenarios por la que transitará el nuevo presidente norteamericano de acuerdo a lo manifestado durante su implacable campaña. En su discurso preelectoral dejaba entender estar en contra de los designios que la clase dirigente mundial tiene programado para el mundo en la actualidad. Por ejemplo se ha mostrado en desacuerdo con las apertura de los mercados como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte o el Acuerdo de Asociación Transpacífico, deplora la globalización en cierta forma, clama por un mayor proteccionismo a sus industrias y aboga por traer nuevamente a suelo norteamericano los empleos perdidos por estas políticas. Esto no es contradictorio con lo que ocurre en gran parte de los países del primer mundo, por ejemplo el caso del “brexit” en Inglaterra donde la ciudadanía voto por salir de la zona del euro, rompiendo con ello lustros de planes y programas para borrar las fronteras. En buena medida se están fortaleciendo los partidarios de aquellas consignas de odio y violencia en muchos de estos países. Es el proteccionismo en boga, el populismo y el nacionalismo a ultranza en toda su magnitud, pero, ojo, con un alto grado de xenofobia, odio, intolerancia e incertidumbre y en este caso debemos estar vigilantes de lo que hará el nuevo presidente norteamericano una vez tome posesión. Sus planes en materia económica no son de mucho agrado para la clase dominante de los Estados Unidos pues hablan de cambios radicales. Él dijo que parará la migración dándoles incentivos para que se queden en sus respectivos países en donde la génesis del problema es más complicada pues la mayoría de ellos provenientes de zonas en conflictos. Entre sus planes señaló la construcción de un muro que evite la entrada de los emigrantes latinos por su frontera sur, especialmente la mejicana y que estos serán los que pagarán su construcción, aun no se sabe cómo y amenazó con deportaciones masivas de estos. Al otro lado del Atlántico mandó un mensaje a la OTAN donde expresa que los Estados Unidos no serán los primeros en defender a esas naciones en caso de conflicto, además de considerar que estos debieran pagar por esa protección. El asunto se pone más peliagudo cuando se culpa a los emigrantes de la situación de empobrecimiento de clase media norteamericana, pero no ve que realmente el problema está en el sistema imperante donde muchos millonarios, por ejemplo, incluido él rehúyen al pago de los impuestos que sus fortunas deben abonar. Entonces inventan todo tipo de argucias para evitarlo como crear empresas fantasmas en los llamados paraísos fiscales o en instituciones bancarias en sus propios suelos, entre otras medidas no tan santas. Podemos mencionar el caso de la debacle causada por el caso de los préstamos hipotecarios que hicieron los bancos en el 2008, situación que heredó Barat Obama y cuya solución fue inyectar cientos de miles de millones de dólares de las arcas norteamericanas a los bancos que se estaban declarando en bancarrota. Eso salvo a un número plural de inversionistas y acaudalados banqueros pero no al común de las personas que vieron perder sus ahorros de muchos años y sus casas en un cerrar de ojo, fueron miles lo que entraron a ser dependientes de la ayuda por desempleo y que aun hoy hay secuelas de esta debacle económica. También ha dicho que el cambio climático es una falacia, que responde a intereses que fortalecen economías foráneas como la de China o la de Corea esto traerá grande retrasos en el camino que muchos países han tomado para la protección de las especies que aun viven en la Tierra incluso la humana. Es una forma de razonamiento del más crudo actuar de un hombre acostumbrado a comprar y vender, un mercader que tratará de sacar provecho de su alta investidura (ya los panameños tuvimos un ejemplo de este tipo de personaje, incluso con la famosa donación de su salario, y que solo cobraría un dólar por ser presidente en el quinquenio pasado). El electorado norteamericano compró la marca Trump para llevarla a la silla presidencial, un multimillonario que se ha convertido en el hombre más poderoso del orbe y cuyo transitar puede significar mucho dolor para el resto del mundo. Él ha sabido venderse, ese es su negocio pues ha hecho de su nombre una marca con la cual comercia, pero esa marca viene matizada con propuesta de xenofobia y odio. Ya sus secuelas se están sintiendo, los llamados blancos están exigiendo que cumplan sus promesas al tomar asiento en la Casa Blanca, pero en estos últimos discursos luego de su triunfo las diversas opiniones por él expresada lo muestran con un tono conciliador, un poco más tolerante ante una realidad que sus palabras durante la férrea campaña que finalizó lo hizo considerar como un posible tirano, pero aun hay que esperar, y estar atento a su movimientos a partir de enero próximo, ojalá nuestra juventud no tenga que volver a las calles a exigir el respeto a nuestra soberanía.