jueves, 6 de julio de 2017

Salud y bienestar en la tercera edad

         Cuando veo a mis viejos padecer todo tipo de achaques o enfermedades crónicos-degenerativas producto de la edad me viene a la mente en qué está fallando el sistema de salud a nivel mundial o la sociedad en particular. Las enfermedades que padecen millones de personas que entran en la llamada tercera edad parece ser una epidemia que nos atañe a todos pues no estamos libres de padecerlos.
            Porqué al llegar a esta edad se presentan todos los males que van desde padecer calambres en las piernas, dolores musculares, se le aminora la percepción de su entorno producto de la perdida de la visión y de la capacidad mental, aparecen enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus, problemas estomacales, de movilidad, de padecer incontinencia urinaria, respiración agitada, tos, entre otros síntomas que podemos pensar son pequeños antes los que tienen problemas con los riñones que deben dializarse diariamente, o los que padecen del corazón, o aquellos que tiene cáncer entre otros muchos padecimientos más incapacitantes y mortales, que la caída de los dientes parecerá ínfimo ante estos males.
            Pues bien, todo esto me hace pensar en que algo anda mal en cuanto a mantener nuestra salud en buenas condiciones debido a que la gran mayoría de nuestros adultos mayores las padecerán, algunos indican que debido a que no somos de este planeta nos hace vulnerable a los efectos del ambiente sobre nuestros cuerpo. Durante nuestra vida las diversas etapas de la niñez, juventud y la adulta los médicos que nos atienden o nos han atendido han sido por determinada dolencia que en su momento se han curado, pero como sistema de salud integral no se hace nada para evitar futuros padecimientos. No hay un sistema de salud que prevenga y oriente al paciente de llevar una forma correcta, un modo de vida saludable. El área educativa solo se limita a señalar en ciertos momentos la importancia de comer sano o de consumir los alimentos apropiados. Pero, en este caso qué hacen los gobiernos para promover un sistema de salud de prevención de enfermedades e incentivar el consumo de alimentos sanos. Al contrario no existe política para consumir estos alimentos pues son los más caros a la hora de elegirlos. Sí, son los más caros, o sea es un problema económico el poder adquirir estos alimentos pues están por las nubes. En un gran negociado el comercio de la comida saludable, en primer lugar.
            Al llegar a esta tercera edad los médicos empiezan a recetar un rosario de medicamentos para poder mantener viva a la persona. Se recetan pastillas para la presión, para los dolores musculares, para los flujos gástricos, para las dolencias en la respiración, para el glaucoma, para el corazón, y muchas otras que, a la hora del desayuno, almuerzo y cena, hay que contar con una dosis que a veces supera las diez pastillas por día. No son píldoras baratas, al contrario, son tan caras que solo el sistema de seguro las puede proveer o adquirir mediante la compra de los mismo por parte del Estado, lo que obliga a los futuros abuelitos a pagar durante toda su vida activa, un seguro para estas necesidades. Y me pregunto, vale la pena llegar a estas edades con todos estos padecimientos. He visto a adultos mayores protestar para que se les dote de las medicinas que ellos requieren para mantener su salud, pues ni pagando toda una vida un seguro, garantiza que estas medicinas lleguen oportunamente.

La Cura del bienestar (película)

            “A cure for wellness” dirigida por Gore Verbinki nos traslada a un lugar paradisiaco en Suiza donde se encuentra una institución hospitalaria que atiende a connotados miembros del mundo empresarial. La película trata de un sanatorio que realiza prácticas no muy ortodoxas en el campo de la medicina con el fin de curar a sus pacientes, pero el fin real era la de poder lograr la continuación de los experimentos llevados a cabo por el fundador del nosocomio que consideraba que debía casarse con su hija para lograr perpetuar la estirpe de su linaje, pero nunca lo logró.

            Traigo a colación esta película no por su tema de horror, sino más bien por lo que a mi entender podemos encontrar en la vida real. A nivel mundial existen sanatorios dedicados a comercializar la salud. Muchos médicos diagnostican enfermedades a sus pacientes sin remordimiento solo con el fin de lograr que los seguros le paguen sus altísimos honorarios y a la vez para que consuman remedios de casas farmacéuticas que solo buscan lucrar con el dolor de sus pacientes.
            Este parece ser el problema de a diario, se comercializa la salud creando enormes dividendos a las casas que fabrican los remedios. Es como si toda la vida del ser humano lo preparasen solo para consumir alimentos de mala calidad afectando su salud y por consiguiente el desgaste paulatino de nuestro cuerpo, y luego en el final de su existencia a consumir los remedios que les proveen sus seguros o el sistema de salud cuyo costo individualmente no pueden ser costeados.
            Se comercializa el hambre y la salud buscando los mejores dividendos para un sector sin escrúpulos. Considero por lo tanto que los gobiernos deben llevar a cabo campañas contundentes para que la población logre adoptar hábitos de vida saludables con el fin de preservar los futuros males que aquejarán a una población que con los pasos de los años vive más, y que es señalado como un triunfo por parte de los gobiernos y de la medicina pero que la realidad es otra como lo vimos con anterioridad. El desgaste del cuerpo humano es irreversible, y estamos condenados a padecerlo. Sabemos que las tecnologías junto con la ciencia están fabricando todo tipo de mecanismos artificiales para contrarrestar este desgaste, son pasos importantes para aumentar o alargar aún más la vida de las personas, pero esto estará alcanzable solo para un porcentaje ínfimo de la población por sus costos, el resto debe ser educado para que practique métodos de consumo y de vida saludable. No hay de otra.

Efectos del ser humano en el ambiente

            Se están realizando investigaciones para conocer los efectos de los desechos humanos en el ambiente. Uno de ellos es dónde va a parar el plástico que botamos a diario y los científicos no tenían claro, en el caso de los que van a parar al mar, dónde acabaría el mismo. Resulta que la cantidad de plástico probable de ir a parar al mar no concordaba con las cifras obtenidas por investigadores sobre la que existía en los mares, hallaron una menor cantidad en los océanos, esto daba por resultado un gran faltante. Y se preguntaron dónde estaba. Resulta que dieron con el asunto al descubrir que el plástico se degrada en el mar, se convierte en partículas minúsculas que se van disolviendo en él, pero no desaparece, solo se minimiza. Este plástico es comido por los seres más pequeños de la cadena alimenticia, el planto marino que cada noche sale a la superficie del mar a comer, siendo luego comido por otros peces más grandes. Se ha encontrado en el hígado de algunos peces tumores producto de la ingesta de plástico; en los ostiones y ostras también se han encontrado en sus estómagos plásticos diminutos, como ustedes sabrán esto es luego consumido por el hombre. Nuestra moderna comida ya viene con un elemento adicional producto de nuestra actividad, el plástico. No será esto parte de los efectos que enfrentamos en nuestra edad senil produciendo cáncer, por ejemplo.
            El tema da para rato, solo podemos indicar que es pertinente indicar a la juventud que debe valorar la práctica de vida saludable, donde el ejercicio juega un papel importante, y no la poca actividad a la que están siendo acostumbrados con sus ordenadores, tables o celulares. Se debe primar por consumir alimentos que fortalezcan nuestro cuerpo para así en el futuro poder aguantar con mucha más hidalguía el desgaste que sufrirá nuestro organismo con el tiempo, y exigir que se haga todo lo pertinente para educar a la población mediante la creación de un sistema de salud preventivo para aminorar estas dolencias, así como desear que la medicina deje de ser un negocio inalcanzable para muchos, para poder gozar así de una tercera edad plena de salud y de bienestar, y no de desesperación al ver a nuestros abuelos padeciendo todo tipo de males.


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