domingo, 3 de septiembre de 2017

LA EDUCACIÓN PANAMEÑA AL PASO DEL NAZARENO

           Para nadie es un secreto que la educación panameña está muy retrasada con respecto a los avances que en este sector se han dado en el mundo, y que no compite con la oferta educativa que brinda el sector particular. Algunos programas improvisados han surgidos producto de la necesidad de cubrir aquellas deficiencias que ya se venía observando en el producto que año tras años surgen de las aulas escolares públicas. Uno de estos programas ha sido el de preparar un contingente de educadores para que hablen el inglés llevándolos a tomar cursos intensivos en aquellos países cuyo idioma principal es el señalado, y el cual considero oportuno.

            Pero qué de la deficiencia en materia de contar con las herramientas necesarias para afrontar el mundo del trabajo. Sí, eso es lo que estamos formando, material humano para que ocupen las plazas de empleos que el país necesita para seguir desarrollándose. En esto juega un papel importante el sector privado el cual no muestra su sentir de patria al crear o incentivar la capacitación necesaria para preparar el recurso humano que el país y sus empresas necesitan. Solo he oído declaraciones de sus dirigentes lamentándose de la falta de mano de obra profesional en aquellos renglones productivos, verbigracia la tecnológicas entre otras que no son parte del pensum académico de las universidades o colegios.
            Por lo tanto, sus voces más conspicuas han señalado la necesidad de importar esa mano de obra del extranjero en el quinquenio próximo, se van por el camino fácil, el robo de intelectuales, pero a diferencia de otros países más desarrollados, con la intención de pagarles lo menos que la labor demanda. Quieren un material humano acabado profesionalmente sin gastar ningún real en su preparación. Otro de los que se ha sumado a estas voces es el actual Ministro de Trabajo, Carles quien ha señalado la necesidad y posibilidad de dar empleo a varios millares de extranjeros a los que se les daría la oportunidad de emplearse en esas profesiones donde existe el déficit de mano de obra, o sea abrir el mercado laboral a un mayor número de extranjeros. Es cierto que las grandes obras como por ejemplo el canal ampliado necesitará en el presentes y en el futuro de un gran contingente de profesionales en casi todas la ramas del saber pues si se desarrollan los negocios colaterales a la obra del canal se estaría necesitando mucho personal, pero primero se debe pensar en la juventud panameña que debe ser la que reciba los insumo necesarios para ese fin, y después, solo después, se debe pensar en traer mano de obra del exterior de ser necesario, sino veremos acrecentar aún más los estadios de violencia y delincuencia que parece ser el camino que muchos jóvenes parecen seguir a falta de oportunidades. 
            Panamá es un país con un potencial envidiable, y al parecer esto solo se ve desde el exterior y por ello la alta cifra de emigrantes. Si hace varios quinquenios se venía hablando de las deficiencias del sector educativo porqué no se hicieron los ajustes necesarios para lograr adecuar nuestra educación a los requerimientos modernos. Al contrario, se dejaron pasar las oportunidades a la par que se invierte enormes recursos en educación sin exigir mejoras al producto que año tras año salen de las aulas secundarias y universitarias. Por otro lado actualmente se está construyendo el llamado Instituto Técnico Superior del Este (ITSE) a un costo que sobrepasa los 75 millones de dólares siguiendo una experiencia en este sentido de Singapur donde se pretende preparar los recursos humanos necesarios en área como construcción, tecnología, hospitalidad, idiomas, turismo, logística, comercio, entre otras, enfocando su pensum académico más hacia la formación práctica (70%) que teórica (30%) a unos 5mil alumnos que estarán recibiendo clases por espacio de dos años como parte de un programa post-media.
            Y me pregunto, porqué no se destinó este recurso hacia las instituciones educativas ya existentes en el campo vocacional, como lo son el Artes y Oficio, o el INADEH, entre otras fortaleciendo su infraestructura y adecuando sus programas de entrenamiento a estas necesidades organizaciones educativas logrando con ello en un menor tiempo preparar ese recurso humano necesario pues las instituciones mencionadas tienen las infraestructuras y un cuerpo docente muy profesional, solo había que adecuarlos a las necesidades de estos programas ofertando una mayor cantidad de profesiones. Pero no, se optó por edificar una magna obra que a lo sumo demorará unos tres o más años en su construcción, para entonces agregarles los años necesarios para que salgan los primeros graduandos que según el gobierno y la empresa privada se necesitan con urgencia.
Sí en un supuesto el próximo gobierno no contempla como prioritario seguir la construcción o dotar de infraestructura esta magna obra, como se ha visto con algunas obras abandonadas por los actuales gobernantes, herencia dejadas por su antecesor, dejando perder por esta causa la inversión en ellas. ¿Qué pasaría? Se sigue el libreto de construcciones que a la larga no llenan las expectativas de la población o en otras que son muy necesarias y que si son muy esperada no se concluyen, por ejemplo, la cadena de frío.

            La población electoral no puede seguir siendo la oveja que será llevada al matadero en forma dócil, por el contrario hay que despertar y llevar a los órganos de poder a aquellas personas que realmente se comprometan con solucionar los reales problemas que confronta la población panameña, y uno de esto es dotarla de una mejor calidad de educación, que le abra el interés a nuestro jóvenes a pensar en grande, a soñar con el mundo, a ir más allá de sus fronteras para conquistar aquellas tierras con sus experticias ya que para mañana es tarde, pues al parecer en esta materia estamos fracasando ya que la percepción es que andamos como en la procesión del Nazareno, un paso adelante, y dos para atrás.

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