Para
nadie es un secreto que la educación panameña está muy retrasada
con respecto a los avances que en este sector se han dado en el mundo, y que no
compite con la oferta educativa que brinda el sector particular. Algunos
programas improvisados han surgidos producto de la necesidad de cubrir aquellas
deficiencias que ya se venía observando en el producto que año tras años surgen
de las aulas escolares públicas. Uno de estos programas ha sido el de preparar
un contingente de educadores para que hablen el inglés llevándolos a tomar
cursos intensivos en aquellos países cuyo idioma principal es el señalado, y el
cual considero oportuno.
Pero qué de la deficiencia en
materia de contar con las herramientas necesarias para afrontar el mundo del
trabajo. Sí, eso es lo que estamos formando, material humano para que ocupen
las plazas de empleos que el país necesita para seguir desarrollándose. En esto
juega un papel importante el sector privado el cual no muestra su sentir de
patria al crear o incentivar la capacitación necesaria para preparar el recurso
humano que el país y sus empresas necesitan. Solo he oído declaraciones de sus
dirigentes lamentándose de la falta de mano de obra profesional en aquellos
renglones productivos, verbigracia la tecnológicas entre otras que no son parte
del pensum académico de las universidades o colegios.
Por lo tanto, sus voces más
conspicuas han señalado la necesidad de importar esa mano de obra del
extranjero en el quinquenio próximo, se van por el camino fácil, el robo de
intelectuales, pero a diferencia de otros países más desarrollados, con la intención
de pagarles lo menos que la labor demanda. Quieren un material humano acabado
profesionalmente sin gastar ningún real en su preparación. Otro de los que se
ha sumado a estas voces es el actual Ministro de Trabajo, Carles quien ha
señalado la necesidad y posibilidad de dar empleo a varios millares de
extranjeros a los que se les daría la oportunidad de emplearse en esas
profesiones donde existe el déficit de mano de obra, o sea abrir el mercado
laboral a un mayor número de extranjeros. Es cierto que las grandes obras como
por ejemplo el canal ampliado necesitará en el presentes y en el futuro de un
gran contingente de profesionales en casi todas la ramas del saber pues si se
desarrollan los negocios colaterales a la obra del canal se estaría necesitando
mucho personal, pero primero se debe pensar en la juventud panameña que debe
ser la que reciba los insumo necesarios para ese fin, y después, solo después,
se debe pensar en traer mano de obra del exterior de ser necesario, sino
veremos acrecentar aún más los estadios de violencia y delincuencia que parece
ser el camino que muchos jóvenes parecen seguir a falta de oportunidades.
Panamá es un país con un potencial
envidiable, y al parecer esto solo se ve desde el exterior y por ello la alta
cifra de emigrantes. Si hace varios quinquenios se venía hablando de las
deficiencias del sector educativo porqué no se hicieron los ajustes necesarios
para lograr adecuar nuestra educación a los requerimientos modernos. Al
contrario, se dejaron pasar las oportunidades a la par que se invierte enormes
recursos en educación sin exigir mejoras al producto que año tras año salen de
las aulas secundarias y universitarias. Por otro lado actualmente se está
construyendo el llamado Instituto Técnico Superior del Este (ITSE) a un costo
que sobrepasa los 75 millones de dólares siguiendo una experiencia en este
sentido de Singapur donde se pretende preparar los recursos humanos necesarios
en área como construcción, tecnología, hospitalidad, idiomas, turismo,
logística, comercio, entre otras, enfocando su pensum académico más hacia la
formación práctica (70%) que teórica (30%) a unos 5mil alumnos que estarán
recibiendo clases por espacio de dos años como parte de un programa post-media.
Y me pregunto, porqué no se destinó
este recurso hacia las instituciones educativas ya existentes en el campo
vocacional, como lo son el Artes y Oficio, o el INADEH, entre otras
fortaleciendo su infraestructura y adecuando sus programas de entrenamiento a
estas necesidades organizaciones educativas logrando con ello en un menor tiempo preparar ese recurso
humano necesario pues las instituciones mencionadas tienen las infraestructuras
y un cuerpo docente muy profesional, solo había que adecuarlos a las
necesidades de estos programas ofertando una mayor cantidad de profesiones.
Pero no, se optó por edificar una magna obra que a lo sumo demorará unos tres o
más años en su construcción, para entonces agregarles los años necesarios para
que salgan los primeros graduandos que según el gobierno y la empresa privada
se necesitan con urgencia.
Sí en un supuesto el próximo
gobierno no contempla como prioritario seguir la construcción o dotar de
infraestructura esta magna obra, como se ha visto con algunas obras abandonadas
por los actuales gobernantes, herencia dejadas por su antecesor, dejando perder
por esta causa la inversión en ellas. ¿Qué pasaría? Se sigue el libreto de
construcciones que a la larga no llenan las expectativas de la población o en
otras que son muy necesarias y que si son muy esperada no se concluyen, por
ejemplo, la cadena de frío.
La población electoral no puede
seguir siendo la oveja que será llevada al matadero en forma dócil, por el
contrario hay que despertar y llevar a los órganos de poder a aquellas personas
que realmente se comprometan con solucionar los reales problemas que confronta
la población panameña, y uno de esto es dotarla de una mejor calidad de
educación, que le abra el interés a nuestro jóvenes a pensar en grande, a soñar
con el mundo, a ir más allá de sus fronteras para conquistar aquellas tierras
con sus experticias ya que para mañana es tarde, pues al parecer en esta
materia estamos fracasando ya que la percepción es que andamos como en la
procesión del Nazareno, un paso adelante, y dos para atrás.
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