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Pronto volveremos a vernos |
Nosotros
los seres humanos nos aferramos a la vida, hemos inventado tantos aparatos que
pueden extender un poco más nuestra existencia, sin embargo, cuando el cuerpo
ya cansado decide abandonar todo tipo de actividad no existe nada que lo pueda
detener. El punto es que si un cuerpo decidido a culminar su actividad para qué
empecinarnos en mantenerlo vivo.
Se fue mi mentor, mi héroe de
película, mi alma eterna, el guía, mi padre adorado. Pude disfrutar con él todos estos 64 años de mi existencia, suena bastante, pero en el ciclo de la vida es
solo un momento, un minúsculo punto en la arena del tiempo. Conservo muchos
recuerdos, al igual que mis hermanos y hermanas, y sus amigos y amigas, cada
uno puede ser testigo de su accionar en nuestra vida. No lo pude ver en su
momentos más crucial, no pude o quise verlo así, postrado en una cama,
implorando que lo dejaran partir, pues él sabía que su cuerpo no daba más.
Quise conservar su imagen radiante de alegría, de optimismo, de valor y de
astucia, pues para poder llevar adelante a once hijos, todos con educación, no
es fácil, se requiere de una voluntad que solo hombres como él están decidido a
dar, a desprenderse de todo para dárselo a sus vástagos.
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Federico Tejada Sánchez- Febrero/1929-Enero/2018 |
Sí,
se nos fue, ya descansa en paz, ya no se lamenta de sus dolencias, ya no siente
que su cuerpo no le responde como debe ser, ya abandonó su vestido terrenal y
se fue, como dijo la doctora, “un pajarito volando”, sin ningún sonido, ni un
quejido, ni un murmullo, se apagó y nos dejó con el
corazón destrozado, pero con el saber del deber cumplido, como padre, amigo,
esposo.
Entender
ese trance de la vida, de nacer, crecer y luego morir es un dilema aún por
resolver como seres humanos pues desde los tiempos más remotos, desde el mismo
inicio de nuestra presencia en este mundo, desde el momento de la creación, no
logramos entender qué somos, qué hacemos en este vergel existencial, hacia
dónde vamos, preguntas que se contraponen cada generación en generación sin
encontrarle respuestas, y el paso crucial de nacer es el de morir, y no lo
aceptamos. A mi padre en los últimos momentos de su existencia le aplicaron sondas en su parte para drenar la orina que se acumulaba en su cuerpo, luego le extrajeron el agua acumulada en sus pulmones y por último, le
insertaron una sonda gástrica para que pudiera alimentarse pues ya no quería
comer. Muchos años antes le habían colocado un marcapasos que lo mantuvo con
vida por muchos años, pero como dije anteriormente el desgaste del cuerpo con
el tiempo ya estaba haciendo lo suyo, y no pudo resistir, en este caso su
corazón cansado, y por ende debilitado no atendía debidamente los
requerimientos de sus demás órganos. No lamento los esfuerzos de los médicos
por mantenerlo con vida hasta el último momento, ellos hicieron su tarea y de
eso estoy agradecido.
Sólo nos queda tratar de entender que éste es
otro paso en el camino iniciado a la hora de nacer. ¿Se han puesto a pensar
cuál es nuestro rol en éste mundo? Dicen que la hierba alimenta al ganado, pero
la hierba no se da cuenta que es alimento de otro ser vivo, solo nace, crece
con la energía que le da la luz del sol; el ganado pasta tranquilamente, no
sabe que es alimento de otro ser, como el humano que se alimenta de las plantas
y de los animales para poder conseguir los nutrientes necesarios para vivir. Entonces
¿qué es la vida? Cada estadio de los seres vivos conviven sin poder comprender
que son el alimento de otro ser. Únicamente los seres humanos podemos abstraernos en
nuestros pensamientos y tratar de buscarle explicación a este dilema porque
somos conscientes de nuestra existencia, tenemos un cerebro que nos permite
intentar conocer el medio que nos rodea. Entonces, y solo entonces llegamos a
la conclusión de que debe haber algo superior a nosotros que se alimenta de
nosotros, de nuestro espíritu o de nuestras almas. Es algo existencial que no
podemos percibir desde nuestra óptica, pues está vedado, así como a las
plantas, a la hormiga que nos pica el pie cuando se sube, solo entiende que hay
un objeto que hay que degustar; a los humanos a pesar de nuestro saber, de todo
el conocimiento alcanzado no le es permitido acceder a esta incógnita. Pero
debe haber u n ser superior, aquel que nos acoge en su seno luego de partir de
esta tierra, sin pedir nada a cambio, solo humildad y obediencia a sus
designios. Y es que si no hubiera una explicación subyacente en la conciencia
humana, qué alternativa podría ser de no ser cierta. Mi viejo subyace no solo
en la conciencia o el pensamiento de sus hijos, sobrinos, nietos y amigos, y en
el de mi madre convaleciente, sino que se encuentra en el
seno de una gran familia, ya no terrenal sino espiritual en donde las dolencias
que lo aquejaban desaparecieron. Está bien, en el reino del señor, nuestro
Dios, quizás esa es la razón más obvia que buscamos para comprender el proceso
de nacer y morir, pero es una razón poderosa pues nos hace sentir aliviado en
nuestro interior acongojado por la partida de este ser querido. Padre, sé que
no podrás leer esta nota, solo la hago con el fin de poder sacar mis
sentimientos en esta hora de dolor que es como si miles de puñales me horadaran
el corazón.
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