domingo, 3 de septiembre de 2017

Harvey y la experiencia en Texas

               Las escenas difundidas por la televisión y los medios de comunicación escritos no pueden ser más elocuentes, el huracán Harvey de categoría 4 hizo estragos en Texas, en los Estados Unidos, dejando a su paso miles de ciudadanos sin ningún bien, pues la tormenta se encargó de destruirlas. Aunque no era la primera vez que un meteoro de este tipo se batía sobre territorio norteamericano, recordemos los huracanes Katrina (2005) y Sandy (2012). Este último, Harvey debe ser tomado como un hito para aleccionar a aquellas entidades que deben enfrentar este tipo de acciones que la naturaleza crea cada año ya que los estragos causados por los anteriores al parecer no lograron indicar pautas a seguir por los encargados de la seguridad ciudadana en ese país.
            Para nadie es un secreto que el problema ambiental, especialmente el cambio climático está detrás de todo lo sucedido a la par de encontrar a unas autoridades un poco incrédulas sobre los efectos que esto causaría a su llegada y luego después de haber culminado. Digo incrédulas pues considero que no se tomaron las previsiones necesarias para mitigar sus efectos. Hay que tomar en consideración que estamos hablando de la primera potencia mundial, los Estados Unidos, un país que se da el lujo de mantener abiertos diversos frentes políticos, económicos y militares en todo el mundo. Siempre me he preguntado si este tipo de accionar de su elite dirigente puede mantenerse por espacio de cientos de años y no afectar con ello su economía, pues estamos hablando de miles de miles de millones de dólares invertidos anualmente solamente en mantener su aparato militar.
            En el caso de Harvey se pasó a recomendar a la población a mantenerse dentro de sus hogares, y se hizo un leve intento de evacuación en aquellas zonas que estarían en forma directa recibiendo los vientos y las lluvias del huracán. Pero el problema o la culpa no puede ser del todo para los funcionarios, pues creo y reitero que se pensó que el huracán no haría mucho daño y hubo miles de personas que se aventuraron a sufrir sus efectos. Aquí quiero hacer énfasis en el problema que tuvo que enfrentar las autoridades, y es que son regiones densamente pobladas, hay incluso megas ciudades con millones de habitantes. Una de las ciudades afectadas, la cuarta en población en los Estados Unidos, Houston tendrá que invertir cuantiosos recursos para recuperar parte de su territorio, hoy inundados. Los servicios de prevención se vieron imposibilitados e impotentes para ofrecer refugio seguro a estos miles de miles de ciudadanos. No tenían la infraestructura para albergar todo este caudal de personas. Y obvio esto se vio luego de ver los daños producido por Harvey en Texas donde se tuvo que utilizar gimnasios, centros religiosos, hospitales y otras edificaciones para resguardar y atender a los miles de damnificados, incluso sus efectos lograron que el dólar estuviera a la baja por un breve espacio.

            La tarea es concreta, y escribo esto con el interés que las naciones menos favorecidas tomen los correctivos necesarios para enfrentar catástrofes como estas, pues solo así se podrá mitigar sus efectos en la población. América Latina y Panamá deben ver esto con mucha seriedad. En Panamá, por ejemplo, bastan unas horas de lluvias para que todas las calles de la ciudad queden inundadas, peor si la tormenta se presenta cuando hay marea alta. No tenemos suficientes albergues para atender a miles de personas afectadas por un fenómeno como el que vivió la población de Texas, y muchos menos los recursos, solo creando planes de prevención podremos mitigar sus catastróficos daños. Las cifras de las pérdidas en materia de infraestructura y el patrimonio familiar de la impronta de Harvey en los EE.UU. alcanzarán los ciento sesenta mil millones de dólares, siendo este uno de los más costoso, pues se tienen claro que superó en costo a ambos huracanes descritos anteriormente en dinero. Esto solo hasta el momento, pues las tormentas y los remesones que la naturaleza nos da serán cada vez más fuertes.  

Un canal a nivel para el siglo XXI

           
Al cumplirse un año de la inauguración del canal ampliado de Panamá (26 de junio de 2016), y 103 años del paso del primer barco por esta importante vía, voces dentro del engranaje directivo afirman que se están haciendo estudios para construir un cuarto juego de esclusas. Así lo aseguró recientemente el jefe de la Autoridad del Canal de Panamá, Jorge Quijano. Se ha calculado que para el año 2025 o más los buques que se están construyendo en la actualidad rebasarán las medidas de la vía actual lo que supondrá el gasto de otros miles de millones en infraestructura que saldrán de las entradas netas que el canal registra lo que evitará que este potencial recurso sea invertido en nuevos proyectos dentro del país o en la necesaria inversión que se requiere en educación y salud. Aunque la medida es apropiada, y es sano anteponerse al desarrollo que está alcanzando la industria marítima, no deja de ser preocupante la nueva inversión pues estaríamos sujetos a retomar el asunto nuevamente en años posteriores de este siglo por lo cambiante que es el negocio marítimo en el mundo.
Volviendo a la nueva ampliación en estudio considero que se debe tomar en cuenta primero la apertura de varias vías que están apareciendo gracias al problema ambiental de proporción global donde el derretimiento de los polos es una de sus consecuencias, y Panamá está ya sintiendo sus efectos, sino pregúnteles a los habitantes Gunas que están haciendo planes para abandonar algunas islas donde ya el mar está reclamando sus linderos, y en segundo lugar, razonar sobre si es necesarios hacer una segunda ampliación utilizando el sistema de esclusas o contemplar lo que los norteamericanos pretendían en el siglo pasado de ver la posibilidad de usar la fuerza nuclear para poder hacer un canal a nivel, y unir ambos océanos, siempre y cuando la economía mundial así lo requiriese.  
El uso de la tecnología nuclear fue desechado por onerosa en aquellos momentos y por sus efectos ecológicos en el sistema marino de ambos océanos. Pero, han pasado muchos años desde este planteamiento y debe existir otras tecnologías de punta mucho más apropiadas para esto. Recomiendo los diversos aportes de Carlos A. Rodríguez sobre la posibilidad de hacer un canal a nivel con ensenadas (ver Panamá América. Antecedentes del Canal a nivel, 24/9/03), o el artículo “El sueño de un canal a nivel construido con energía atómica”, en la Estrella de Panamá del domingo 23 de agosto de 2015. ¿Porqué un Canal a Nivel? El tema es obvio, pues de esta forma estaríamos invirtiendo de una vez por todas los recursos necesarios para que pasen por nuestras aguas todos los barcos que con el pasar de los años son cada vez más grandes sin complicaciones de ninguna índole. Lo cierto es que la necesidad de dotar a la vía de mayores posibilidades de competencia descansa precisamente en su operatividad, y también en incentivar y fortalecer las alternativas colaterales de este negocio a la par de ofrecer el paso expedito de estos magnos buques mediante un canal a nivel.
El costo en recursos humanos sería en su momento muy alto pues se dejarían sin empleo a un número considerable de trabajadores que laboran a lo largo de la vía, pero como dije las alternativas de crear negocios propios de la actividad canalera, especialmente en el sector servicio compensarían este déficit. Otro argumento a su favor sería el uso adecuado de las vías alternas, donde el recurso agua dulce se vería disminuido de ser un canal a nivel lo que disminuiría considerable el uso  de este recurso volcando  su uso hacia la creciente población que está ávida de agua potable.

                                                                

LA EDUCACIÓN PANAMEÑA AL PASO DEL NAZARENO

           Para nadie es un secreto que la educación panameña está muy retrasada con respecto a los avances que en este sector se han dado en el mundo, y que no compite con la oferta educativa que brinda el sector particular. Algunos programas improvisados han surgidos producto de la necesidad de cubrir aquellas deficiencias que ya se venía observando en el producto que año tras años surgen de las aulas escolares públicas. Uno de estos programas ha sido el de preparar un contingente de educadores para que hablen el inglés llevándolos a tomar cursos intensivos en aquellos países cuyo idioma principal es el señalado, y el cual considero oportuno.

            Pero qué de la deficiencia en materia de contar con las herramientas necesarias para afrontar el mundo del trabajo. Sí, eso es lo que estamos formando, material humano para que ocupen las plazas de empleos que el país necesita para seguir desarrollándose. En esto juega un papel importante el sector privado el cual no muestra su sentir de patria al crear o incentivar la capacitación necesaria para preparar el recurso humano que el país y sus empresas necesitan. Solo he oído declaraciones de sus dirigentes lamentándose de la falta de mano de obra profesional en aquellos renglones productivos, verbigracia la tecnológicas entre otras que no son parte del pensum académico de las universidades o colegios.
            Por lo tanto, sus voces más conspicuas han señalado la necesidad de importar esa mano de obra del extranjero en el quinquenio próximo, se van por el camino fácil, el robo de intelectuales, pero a diferencia de otros países más desarrollados, con la intención de pagarles lo menos que la labor demanda. Quieren un material humano acabado profesionalmente sin gastar ningún real en su preparación. Otro de los que se ha sumado a estas voces es el actual Ministro de Trabajo, Carles quien ha señalado la necesidad y posibilidad de dar empleo a varios millares de extranjeros a los que se les daría la oportunidad de emplearse en esas profesiones donde existe el déficit de mano de obra, o sea abrir el mercado laboral a un mayor número de extranjeros. Es cierto que las grandes obras como por ejemplo el canal ampliado necesitará en el presentes y en el futuro de un gran contingente de profesionales en casi todas la ramas del saber pues si se desarrollan los negocios colaterales a la obra del canal se estaría necesitando mucho personal, pero primero se debe pensar en la juventud panameña que debe ser la que reciba los insumo necesarios para ese fin, y después, solo después, se debe pensar en traer mano de obra del exterior de ser necesario, sino veremos acrecentar aún más los estadios de violencia y delincuencia que parece ser el camino que muchos jóvenes parecen seguir a falta de oportunidades. 
            Panamá es un país con un potencial envidiable, y al parecer esto solo se ve desde el exterior y por ello la alta cifra de emigrantes. Si hace varios quinquenios se venía hablando de las deficiencias del sector educativo porqué no se hicieron los ajustes necesarios para lograr adecuar nuestra educación a los requerimientos modernos. Al contrario, se dejaron pasar las oportunidades a la par que se invierte enormes recursos en educación sin exigir mejoras al producto que año tras año salen de las aulas secundarias y universitarias. Por otro lado actualmente se está construyendo el llamado Instituto Técnico Superior del Este (ITSE) a un costo que sobrepasa los 75 millones de dólares siguiendo una experiencia en este sentido de Singapur donde se pretende preparar los recursos humanos necesarios en área como construcción, tecnología, hospitalidad, idiomas, turismo, logística, comercio, entre otras, enfocando su pensum académico más hacia la formación práctica (70%) que teórica (30%) a unos 5mil alumnos que estarán recibiendo clases por espacio de dos años como parte de un programa post-media.
            Y me pregunto, porqué no se destinó este recurso hacia las instituciones educativas ya existentes en el campo vocacional, como lo son el Artes y Oficio, o el INADEH, entre otras fortaleciendo su infraestructura y adecuando sus programas de entrenamiento a estas necesidades organizaciones educativas logrando con ello en un menor tiempo preparar ese recurso humano necesario pues las instituciones mencionadas tienen las infraestructuras y un cuerpo docente muy profesional, solo había que adecuarlos a las necesidades de estos programas ofertando una mayor cantidad de profesiones. Pero no, se optó por edificar una magna obra que a lo sumo demorará unos tres o más años en su construcción, para entonces agregarles los años necesarios para que salgan los primeros graduandos que según el gobierno y la empresa privada se necesitan con urgencia.
Sí en un supuesto el próximo gobierno no contempla como prioritario seguir la construcción o dotar de infraestructura esta magna obra, como se ha visto con algunas obras abandonadas por los actuales gobernantes, herencia dejadas por su antecesor, dejando perder por esta causa la inversión en ellas. ¿Qué pasaría? Se sigue el libreto de construcciones que a la larga no llenan las expectativas de la población o en otras que son muy necesarias y que si son muy esperada no se concluyen, por ejemplo, la cadena de frío.

            La población electoral no puede seguir siendo la oveja que será llevada al matadero en forma dócil, por el contrario hay que despertar y llevar a los órganos de poder a aquellas personas que realmente se comprometan con solucionar los reales problemas que confronta la población panameña, y uno de esto es dotarla de una mejor calidad de educación, que le abra el interés a nuestro jóvenes a pensar en grande, a soñar con el mundo, a ir más allá de sus fronteras para conquistar aquellas tierras con sus experticias ya que para mañana es tarde, pues al parecer en esta materia estamos fracasando ya que la percepción es que andamos como en la procesión del Nazareno, un paso adelante, y dos para atrás.